Miguel Ángel González Suárez: El Gato vuela más alto que nunca

Miguel Ángel González Suárez, fallecido a los 76 años, además de ser el mejor deportista ourensano de todos los tiempos es leyenda para siempre

El deporte, Ourense en general, el Real Madrid y, sobre todo sus amigos y familiares, se despiden hoy en el Tanatorio de La Paz, en Alcobendas, de una leyenda. Para los últimos, Miguel Ángel González Suárez, para el resto sobran los apellidos e incluso aparece el mote que lo hizo ídolo durante décadas y que lo señalará para siempre. El Gato voló en el área del mejor club de la historia y de la selección española para ganar fama y reconocimientos que nunca buscó y que incluso evitó. Ayer se apagó tras muchos meses conviviendo con la entereza que siempre tuvo con una enfermedad cruel como pocas. Las semanas anteriores y el mismo lunes se fue despidiendo de sus seres queridos. Y ahí la lista es enorme, pero mínima comparándola con cuantos lo han querido a él.

Miguel Ángel acepta todos los elogios que se reparten por defecto en las despedidas, pero en su caso ganados a pulso en una vida impecable y trayectoria deportiva sobresaliente.

En las páginas de La Región lo recuerdan quienes compartieron sus momentos de fama, pero sobre todo quienes más lo conocieron.

Su historia

Empezando por el deporte que lo catapultó al fútbol. Porque el Gato volaba en la cancha de baloncesto antes que delante de la portería. “Antes ya había jugado un poco al balonmano, en Cisneros, era muy bueno y físicamente, un portento. Ya en un campeonato júnior en A Coruña fue el máximo anotador. Reboteaba  y tiraba muy bien”, asegura Armando Álvarez, compañero de equipo, amigo personal y socio número de 1 y fundador del Club Ourense Baloncesto. Su pasión por el baloncesto la mantuvo siempre.

Del parqué al césped

Luis Soria lo vio en la cancha trasera al estadio y lo reclutó para el AD Couto. Una historia contada mil veces y que lo acabaría llevando a la élite. “Tengo el flash del día que debutó. Se lesionó Toño Suárez y salió él”, recuerda Julio Bouzo, que luego, como presidente de la Escudería Ourense, lo haría fijo en la salida y entrega de premios del Rally.

Madrid

En medio, una vida en Madrid. En 1968 ficha y en 1986 se despide de un Real Madrid en el que fue jugador, delegado del primer equipo, entrenador de porteros y director de la ciudad deportiva. En 18 temporadas ganó 2 Copas de la UEFA, 8 Ligas, 5 Copas del Rey y 1 Copa de la Liga y en la temporada 1975-1976 el Trofeo Zamora. “Representaba los valores de este club. Era siempre un ejemplo de trabajo y de seriedad”, dice Emilio Butragueño. 

Ejemplo

Pasaron por allí ourensanos que lo tenían como ejemplo y como apoyo, como Isma Santos, que llegó a ser campeón de Europa como capitán del equipo de baloncesto: “Fue compañero de mi padre, me fui para allí con 13 años y se convitió en una persona familiar para mí. Sabía que siempre estaba ahí, pero siempre respetuoso, callado, disciplinado, impecable. Miguel Ángel era una persona que reprensentaba los valones que cualqueira querría tener”.

La selección

Con la selección estuvo en dos Mundiales, en 1978 y en 1982. En el primero, en Argentina dejó una acción para el recuerdo. “Hay una parada inolvidable y que merece la pena buscarla en Google, que es contra Austria. Pega un salto tremendo y el balón lo arrastra”. Lo cuenta en una firma histórica del periodismo deportivo en España, Alfredo Relaño.

Siempre en O Couto

Y siempre viniendo a casa. A su barrio de O Couto. Donde jugaba de niño en los patios “de la casa da caixa de aforros” y donde sus padres, Luis y Pilar, tenían un cuarto piso desde el que se veían los partidos de Club Deportivo Ourense sin pasar por taquilla. “Recordo que me chegou a ter no colo e anos despois, a petición da xente que leva a súa Peña, fixémoslle unha homenaxe moi merecida poñéndolle o seu nome ao campo dos Remedios”, presume, y con motivo, su vecino y luego concejal de Deportes, Fernando Varela. A O Polvorín, a casa de su abuela Cándida, y ya jubilado a “soltarse” tomando “un Ribeiro”, cuando quedaba con sus amigos en la calle Reza. A recibir un Premio Ourensanía, concedido por la Diputación bajo la presidencia de Manuel Baltar y en el que estuvo acompañado por Fernando Hierro, uno de sus mejores amigos, Juan Señor o Carrasco.

Su esposa, María del Pilar, su hijo Miguel Ángel, sus nietos Daniela y Mauro, sus familiares y sus compañeros comprobaron el respeto y la admiración que se ganó. Desde el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, a seleccionadores como Camacho, Vicente del Bosque o Lopetegui. Futbolistas y compañeros del Real Madrid, rivales de otros equipos y aficionados se despidieron de quien se queda para siempre. Miguel Ángel González Suárez, DEP.  

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