Copazo en la Catedral: el Osasuna se impone al Athletic

Euforia de Osasuna y decepción del Athletic Club tras el partido disputado en San  Mamés.
photo_camera Euforia de Osasuna y decepción del Athletic Club tras el partido disputado en San Mamés.

El gol de Ibáñez en el minuto 116 clasificó a un Osasuna llegaba con ventaja de la ida ante un Athletic superior en la vuelta

Un precioso gol del canterano Pablo Ibáñez en el minuto 116, una magistral semivolea desde la frontal, dio el pase en San Mamés al Club Atlético Osasuna a la segunda final de Copa de su historia, un hito solo logrado antes en 2005, cuando cayó ante el Betis en el partido definitivo.

Con Munian en el Athletic y Osasuna sin Budimir, el choque comenzó más frío de lo esperado. No obstante, el choque iba poco a poco escorándose hacia la portería de Herrera, que tuvo que agigantarse para tapar un mano a mano con Guruzeta en el minuto 8. El delantero guipuzcoano primero le ganó la acción a Aridane y después estuvo un tanto remiso a la hora definir.

Mediada la primera parte el Athletic ya se fue decidido a por Osasuna y un disparo desviado de Nico desde la frontal abrió lo que iba a ser un asedio de ocho minutos hasta que llegó el 1-0 del mayor de los Williams.

Vesga e Iñaki insistieron y De Marcos se encontró de nuevo con Herrera para impedir el primer tanto bilbaíno. Cabezazo en plancha del lateral de Laguardia y paradón para desviar a córner del meta de Miranda de Ebro.

De ese saque de esquina salió el 1-0. Osasuna estaba sufriendo en las jugadas a balón parado y el centro de Muniain lo cabeceó Vesga. El balón no iba portería, pero se fue hacia Williams, que remató como pudo a la parte baja del larguero.

Aún marcó un segundo tanto Iñaki Williams antes del descanso, pero su remate a pase de su hermano Nico fue en claro fuera de juego.

La segunda mitad comenzó como la primera, con dominio del Athletic, que iba creando ocasiones. Las primeras a balón parado, de Yeray e Iñigo, a centros de Muniain.

Pero las más claras llegaron en el ecuador. Tres grandes oportunidades de Nico, Sancet y Iñigo que aventuraban un asedio local.

Pero Nico mandó a las nubes un perfecto contraataque llevado por su hermano y Guruzeta; a Sancet salió a bloquearle su duro disparo David García; e Iñigo se encontró con poco ángulo y el balón a su pierna mala, la derecha, cuando un centro había superado a toda la defensa osasunista.

No aprovechó el Athletic su segundo momento del partido, Osasuna aguantó el abordaje y el choque se adentró en terreno definitivo, en el que un gol parecía la sentencia.

Cuando parecía el choque destinado a los penaltis, con Osasuna romo y el Athletic desacertado, el conjunto navarro encontró petróleo y una final en un centro de Moncayola rematado magistralmente desde la frontal por Pablo Ibañez. Una preciosa media volea, imposible para Agirrezabala, que llenó de felicidad a los medio millar de seguidores rojillos que se acercaron a Bilbao e inundó de alegría a Pamplona y a toda Navarra.

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