El Real Madrid mantiene su firmeza en Europa para acariciar los octavos de final de Liga de Campeones con un pleno de triunfos engrandecido ante una antigua bestia negra, el Olympique de Lyon, al que goleó como un rodillo 4-0 en el regreso de José Mourinho al banquillo cumplida su sanción
El Real Madrid atropelló al Lyon. Le faltaba al conjunto francés su columna vertebral. El brasileño Cris y el argentino Lisandro López son dos jugadores básicos en un proyecto venido a menos. Los franceses se encerraron en el área desde el inicio, víctimas del empuje local. Entregaron el balón y Gomis, gran rematador, fue una isla en ataque frenado por un inconmensurable Sergio Ramos.
Con más paciencia que otros encuentros, el Real Madrid llegó con continuidad hasta la portería de Lloris. Encontró en la banda izquierda una asociación, Marcelo-Cristiano Ronaldo, que siempre desequilibró. El portugués lo intentó con tiros lejanos, con disparos en carrera, de falta y remates de cabeza. No encontró el gol pero su empuje fue un ejemplo para sus compañeros.
El 1-0 era cuestión de minutos.ñ Un saque de esquina peinado por Cristiano lo aprovechó Benzema para hacer el primero a los 19 minutos. Y en plena diversión, Marcelo y Benzema pudieron haber sentenciado.
En la reanudación no especuló el Madrid, fuerte físicamente. Fue por más y encontró el premio con rapidez. En el minuto 48, Khedira recibía de Bemzema para hacer el 2-0, y siete minutos después, Lloris metía en su portería un centro de Özil en pleno desconcierto de su defensa.
Kaká e Higuaín pudieron haber aumentado la goleada. Y Cristiano, que vio como le anulaban el gol que premiaba su noche de brillantez al encontrarse Kaká en posición antirreglamentaria en la trayectoria del balón.
El encargado de cerrar el marcador fue Sergio Ramos, que aprovechó una pelota muerta en el área para mandarla a la escuadra. Su sonrisa es la del madridismo.
Con más paciencia que otros encuentros, el Real Madrid llegó con continuidad hasta la portería de Lloris. Encontró en la banda izquierda una asociación, Marcelo-Cristiano Ronaldo, que siempre desequilibró. El portugués lo intentó con tiros lejanos, con disparos en carrera, de falta y remates de cabeza. No encontró el gol pero su empuje fue un ejemplo para sus compañeros.
El 1-0 era cuestión de minutos.ñ Un saque de esquina peinado por Cristiano lo aprovechó Benzema para hacer el primero a los 19 minutos. Y en plena diversión, Marcelo y Benzema pudieron haber sentenciado.
En la reanudación no especuló el Madrid, fuerte físicamente. Fue por más y encontró el premio con rapidez. En el minuto 48, Khedira recibía de Bemzema para hacer el 2-0, y siete minutos después, Lloris metía en su portería un centro de Özil en pleno desconcierto de su defensa.
Kaká e Higuaín pudieron haber aumentado la goleada. Y Cristiano, que vio como le anulaban el gol que premiaba su noche de brillantez al encontrarse Kaká en posición antirreglamentaria en la trayectoria del balón.
El encargado de cerrar el marcador fue Sergio Ramos, que aprovechó una pelota muerta en el área para mandarla a la escuadra. Su sonrisa es la del madridismo.
