La FIFA seleccionó ayer a Rusia y Qatar como organizadores de los Mundiales de 2018 y 2022, pero el fracaso de la Candidatura Ibérica, que formaban España y Portugal ?con Vigo como aspirante a sede?, no impedirá la construcción de un nuevo estadio en la ciudad que sustituya al vetusto Balaídos y se ubicará en la misma zona. Así lo aseguró ayer Abel Caballero, tras una reunión con una comitiva de la directiva del Celta, encabezada por su presidente, Carlos Mouriño.
La afirmación del alcalde no ofrece lugar a dudas. Antes de conocer el dictamen de la FIFA, Caballero aseguró que 'con sede del Mundial y sin sede del Mundial, Vigo va a tener un nuevo estadio de fútbol. Vigo lo va a tener. Siendo sede, se haría un desarrollo; y otro si no lo somos. Pero, en todo caso, sabemos que necesitamos un nuevo estadio y las circunstancias en las que lo tenemos que hacer'. Así de rotundo se mostró el primer edil de una ciudad que lleva más de una década estudiando la forma de remodelar o reconstruir un estadio cuya última reforma se produjo, precisamente, para el Mundial de fútbol de 1982, hace ya casi treinta años.
Los primeros bocetos y estudios oficiales se llevaron a cabo en 1999, bajo el mandato de Lois Pérez Castrillo, pero la falta de financiación obligó a aparcar desde entonces los diferentes proyectos. La posibilidad de repetir como sede de un Mundial, como en 1982, abrió una nueva vía que desde el Concello se niegan a cerrar pese al fracaso de la Candidatura Ibérica.
El fracaso de la Candidatura Ibérica obliga a partir de cero, toda vez que el proyecto de Balaídos diseñado para que fuera sede del Mundial se antoja demasiado ambicioso ahora que se sabe que la Copa del Mundo de 2018 se celebrará en Rusia y la de 2022, en Qatar. El proyecto presentado ante la Federación Española de Fútbol era el de un estadio para 42.000 espectadores ?para alcanzar el mínimo que exigía la FIFA? pero con gradas retráctiles para adaptarlas a las necesidades del Celta, que rara vez supera los 20.000 espectadores.
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El concejal de Deportes del Ayuntamiento de A Coruña, Xan Martínez Cajigal, afirmó por su parte que el estadio de Riazor tendrá, como Balaídos, una remodelación menos ambiciosa que la prevista en el caso de que la Candidatura Ibérica hubiese sido seleccionada para albergar el Mundial de 2018 y la localidad herculina estuviese entre las elegidas como sedes.
Los primeros bocetos y estudios oficiales se llevaron a cabo en 1999, bajo el mandato de Lois Pérez Castrillo, pero la falta de financiación obligó a aparcar desde entonces los diferentes proyectos. La posibilidad de repetir como sede de un Mundial, como en 1982, abrió una nueva vía que desde el Concello se niegan a cerrar pese al fracaso de la Candidatura Ibérica.
El fracaso de la Candidatura Ibérica obliga a partir de cero, toda vez que el proyecto de Balaídos diseñado para que fuera sede del Mundial se antoja demasiado ambicioso ahora que se sabe que la Copa del Mundo de 2018 se celebrará en Rusia y la de 2022, en Qatar. El proyecto presentado ante la Federación Española de Fútbol era el de un estadio para 42.000 espectadores ?para alcanzar el mínimo que exigía la FIFA? pero con gradas retráctiles para adaptarlas a las necesidades del Celta, que rara vez supera los 20.000 espectadores.
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El concejal de Deportes del Ayuntamiento de A Coruña, Xan Martínez Cajigal, afirmó por su parte que el estadio de Riazor tendrá, como Balaídos, una remodelación menos ambiciosa que la prevista en el caso de que la Candidatura Ibérica hubiese sido seleccionada para albergar el Mundial de 2018 y la localidad herculina estuviese entre las elegidas como sedes.
