Es tradicional en nuestros vecinos franceses un especial malestar cuando los españoles triunfan en algún deporte. Más cuando lo hacen en el Tour, Roland Garros o contra alguna selección francesa. El colmo sería hacerlo en el rugby, pero ya llegará ese bonito y brillante día.
La última muestra de esa particular inquina ha llegado por obra y gracia del extenista Yannick Noah, ganador del Roland Garrós de 1983 y ahora cantante de cierto éxito más allá de los Pirineos. Noah firmó un artículo de opinión en el que se explicaba el éxito deportivo español, tanto en el tenis como en otras modalidades, en una supuesta 'pócima mágica' llamada dopaje.
Iba más allá asegurando que ese dopaje estaba 'orquestado' por las autoridades deportivas, ampliando su acusación al ciclista Alberto Contador y a la atleta Marta Domínguez.
Yannick Noah es libre de manifestar cualquier opinión, que muchos españoles pueden o no compartir. La cuestión es que el exdeportista y ahora solista desafinó en sus argumentos, puesto que reconoció no tener 'ninguna prueba' para respaldar su opinión. Dispara a matar, pero con munición de fogueo.
Y no dispara a todo el mundo. Parece que el señor Noah no sospecha que esto pueda suceder en su país, ni siquiera en su propia casa. Pues debería saber que su hijo Joakim, excelente jugador de baloncesto de los Chicago Bulls, participa en una Liga en la que existe la 'barra libre' en 'suplementos deportivos'. En la que sus miembros participan en los Juegos Olímpicos a cambio de no realizar las pruebas antidopaje, como se obliga a los demás atletas.
EL SEÑOR NOAH SÓLO VE LA PAJA EN EL OJO AJENO.
Iba más allá asegurando que ese dopaje estaba 'orquestado' por las autoridades deportivas, ampliando su acusación al ciclista Alberto Contador y a la atleta Marta Domínguez.
Yannick Noah es libre de manifestar cualquier opinión, que muchos españoles pueden o no compartir. La cuestión es que el exdeportista y ahora solista desafinó en sus argumentos, puesto que reconoció no tener 'ninguna prueba' para respaldar su opinión. Dispara a matar, pero con munición de fogueo.
Y no dispara a todo el mundo. Parece que el señor Noah no sospecha que esto pueda suceder en su país, ni siquiera en su propia casa. Pues debería saber que su hijo Joakim, excelente jugador de baloncesto de los Chicago Bulls, participa en una Liga en la que existe la 'barra libre' en 'suplementos deportivos'. En la que sus miembros participan en los Juegos Olímpicos a cambio de no realizar las pruebas antidopaje, como se obliga a los demás atletas.
EL SEÑOR NOAH SÓLO VE LA PAJA EN EL OJO AJENO.
