“Ahora todos están intentando exportar, pero es muy difícil”

Fernando Sobrino, director general de Colón Abogados

Fernando Sobrino
Fernando Sobrino es el director de Colón Abogados, un despacho que nace en Vigo en 1996. Sobrino es especialista en fiscalidad de empresa familiar.

¿Ha cambiado mucho el trabajo del despacho con respecto a antes de la crisis?
Tremendamente. En cuanto a negocio y trabajo nos va igual, pero hay una característica fundamental y es que a nuestros clientes, que son medianas empresas, les va fatal en general. Hace cinco años si nuestros clientes, que son empresas familiares, facturaban 20 millones de euros, pensabas este empresario trabaja porque le gusta por lo que tiene y lo que ha conseguido, ahora están en una situación de ruina curiosa, porque tienen bienes pero no los pueden convertir en dinero, deben a los bancos por cifras muy inferiores a su patrimonio pero el problema es que no puede liquidar patrimonio y el banco no les refinancia. Les cuesta mucho sobrevivir y muchos de ellos quiebran. Antes trabajabas para clientes que venían a contarte que iban a hacer un negocio y querían hacerlo con seguridad y con un coste fiscal optimizado, el cliente venía a ganar dinero y te deba una parte y era un trabajo agradable. Ahora esa misma persona viene hundida y pidiendo que le ayudes. Esto provoca que te vean como un coste y la forma de pago que te proponen es para nosotros desconocida como pagarés o aplazado a seis meses. El tipo de trabajo es mucho menos estimulante y con más presión.
¿El concurso les está ayudando o acaba todo en liquidación?
Solo se acude al concurso al final, con lo cual es realmente una liquidación ordenada que busca más salvar las responsabilidades de los administradores que utilizarlo para la viabilidad de la empresa. Pero no sé si llegando antes arreglarías algo. En la mayoría de las empresas sus grandes acreedores son los bancos, también está Hacienda y la Seguridad Social, pero los bancos están en ese capítulo con garantías reales, tienen hipotecadas las naves e instalaciones y las garantías personales de los socios mayoritarios, eso queda fuera del concurso porque el banco ejecuta su hipoteca o va contra el avalista. Con lo cual el concurso sirve porque es el camino, pero como solución al empresario para reflotar a la empresa, en muy pocas ocasiones. Cuando todavía tienes posibilidad de convencer a tus acreedores lo que se suele hacer es un concurso extrajudicial, en lugar de acudir al juzgado y ponerse el Sanbenito se hace una reunión con los acreedores principales o uno a uno para negociar.
Además de empresas al límite, ¿qué les piden las compañías en situación más estable?
Nosotros somos un despacho de abogados, así que la mayoría de veces nos vienen con problemas. Pero tenemos una empresa filial que se llama Colón Consultores Financieros que se dedica a dar soluciones de financiación y planificación, de trabajo de consultoría. Las empresas que lo llevan mejor son las que tienen negocios fuera y les va bien. Ahora todos están intentando exportar pero es muy difícil. Muchos de nuestros clientes promotores se están yendo a Brasil pero allí son unos novatos, así que necesitan un socio local para conocer el mercado porque no se pueden aplicar las mismas reglas que en España. La gente que está saneada nos sigue proponiendo los mismos contratos, contratos internacionales y detectamos más actividad de Hacienda, que está trabajando mucho. Sigue habiendo trabajos de planificación pero ahora hay mucho más de inspecciones. También tenemos empresas que les va muy bien y se están reestructurando y haciendo fusiones. Creo que lo que cambió es la posición mental del empresario, de ser siempre ganar a estar asustado.
¿Cómo puede cambiar esta crisis al empresariado?
Creo que hay ciertos sectores que van a adelgazar de una forma brutal. Hace cinco años, en cada edificio de oficinas en Vigo había una promotora y todas las empresas acababan teniendo su rama de promotora, pero ese sector casi ha desaparecido. En otros sectores creo que depurará. Cuando se supere la crisis nunca volveremos a lo de antes, será un mundo nuevo, donde los que hayan sobrevivido se van a encontrar con poca competencia. También creo que los grandes son los que van a aguantar.
Ahora tienen mucho trabajo con las operaciones vinculadas.
Estas son las operaciones que realiza una matriz con su filial y los socios con su sociedad. Ya existía pero la novedad de la reforma dice que es el empresario el que tiene que documentar que esa operación se ha realizado a valor de mercado, es decir, decirle a Hacienda por qué digo que ese es el valor del mercado y comparar mis operaciones vinculadas con otras que no lo son dentro de la sociedad o en el mercado en general. Eso es verdaderamente difícil, una carga para las empresas y crea mucha inseguridad jurídica. Porque tú crees que lo has hecho bien y luego llega Hacienda y dice que no está de acuerdo y dentro de tres años tienes que completar tu impuesto de sociedades. Además, si la documentación no está bien las sanciones son altas. Más inseguridad jurídica, más trabajo y más dificultades para las empresas. Al final se dieron cuenta y pusieron un límite para la necesidad de documentar estas operaciones, que son 250.000 euros.
¿Hay inversión?
Sí hay pero se redujo a límites increíbles. Hace cinco años todas las semanas hablaba con gente que se iba a meter en algo pero en las pymes se ha reducido mucho. No falta la iniciativa sino la financiación, ahora es muy difícil conseguir el dinero.

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