Entroido 2023: Verín vibró al ritmo de cigarrones

photo_camera Domingo de Corredoiro en Verín. (Fotos y vídeo: Martiño Pinal).
La villa del Támega vivió el Domingo de Corredoiro con gran afluencia un público entregado. Tras dos años marcados por las restricciones de la pandemia, esta celebración recuperó toda su esencia en una cita en la que se rebosó alegría 

Fue un domingo en el que tocó madrugar. Los despertadores sonaron a primera hora de la mañana y las mariposas en el estómago ya se sintieron nada más poner un pie fuera de la cama. Para los cigarrones. Y sus familias. Y los entroideiros de corazón. Verín celebró el Domingo de Corredoiro, día en que los cigarrones -o casi todos- visten el traje por primera vez tras un año de espera e ilusión. “Como non imos estar nerviosos, as ganas son infinitas, aínda que leves décadas vestindo o traxe”, apuntaban emocionados.  

La camisa blanca planchada. El pantalón peinado. Medias, fajas, chaqueta y pañueleta cuidadas con esmero. Zapatos negros elegantes. Máscara, zamarra y chocas. Todo impoluto para comenzar un proceso de horas. Emoción a flor de piel. Y con los últimos retoques, a media mañana comienza a escucharse por la villa del Támega el sonido de las chocas. El Entroido ya está aquí, la gente -niños y mayores- ya lo vive.  

Este domingo, como novedad, el desfile de los cigarrones salió de la avenida de Castilla, debido al incremento de participación año tras año. Y así fue, cientos de cigarrones desfilaron y lucieron su traje, con la zamarra a lo alto y las chocas saltando. Aunque todos los años la presencia de los más pequeños es habitual, este 2023 destacaban la cantidad de niños que presumieron de traje. Al llegar a la Praza Maior -llena de punta a punta- muchos de ellos quedaron corriendo por el epicentro de la fiesta, otros en la Praza do Cigarrón y muchos otros fueron a saludar a los feligreses a la salida de las misas de la Iglesia Parroquial y la Iglesia de A Mercé. Bendición a la figura central del Entroido de Verín y un afán incontrolable para que la tradición perviva. Y así es. 

 

EL PREGÓN

El cigarrón tomó las calles y reinó en el día que en el que son los únicos y verdaderos protagonistas. Y entre el sonar de las chocas y el alborozo de los vecinos, comenzó en la Praza Maior de Verín la música de la mano de la discomóvil A Gramola. 

Desde el escenario, a mediodía, presentaron al pregonero del Entroido de este año: “Fernando de Fumaces, o do pilón”, un entroideiro adoptado de “los de toda la vida” que roba carcajadas con su característico humor allá a donde va. “É o momento de correr o Entroido. O momento de desfrutar”, dijo sobre el escenario acompañado de cigarrones y de su mujer e hijo, agradecido y emocionado por ser “o pregoeiro”: “É un orgullo e un pracer estar aquí, porque aínda que as miñas raíces están en Fumaces (Riós), xa me sinto un verinés máis”, añadió.  

Y al grito de “Viva o Entroido de Verín”, los cigarrones se siguieron luciendo en la villa del Támega, haciendo que vecinos y visitantes se emocionaran a su paso. Entre música y jolgorio, los entroideiros comenzaron a desfilar por los restaurantes de la villa: el cocido y la bica triunfaron en las mesas de las familias y amigos que celebraron el Entroido. Y la vida, “porque o Entroido é iso, celebrar a vida. A única época do ano na que os problemas quedan a un lado e todo parece un soño”, comentaba una verinesa.

El Domingo de Corredoiro estuvo acompañado de las charangas Los Támega, Noroeste y Abobriga, además de A Gramola, la orquesta Trébol y el grupo PanSenFron. Una jornada de alegría, de disfrute y de puros sentimientos. La música, los capuchones, los disfraces y los bailes triunfaron, pero por encima de ellos destacaron los cigarrones, reyes del Entroido de Verín.

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