Volvieron las gabardinas. Los sombreros. Los bigotes. El Maragato y su carro. El grito de “Viva o Entroido de Verín!” y el de “Vivan os compadres!”. También regresaron por carnaval los restaurantes llenos, los brindis entre amigos y los abrazos infinitos. Volvió el Entroido, al 100% y con toda su esencia. Verín inauguró este jueves, al compás del sonido de los bombos, la celebración más esperada del año: el Entroido. Su fiesta estrella, un sentimiento.
Durante toda la jornada se respiró en la villa del Támega esa ansia por dar el pistoletazo de salida al Entroido. Mucho traje y alguna que otra gabardina se dejaron ver durante el día. Y al caer la noche, los compadres -hombres y mujeres vestidos para la ocasión- salieron a la calle. Y la música comenzó a sonar.
Eran poco más de las 00,00 horas cuando los compadres iniciaron su tradicional “desfile” tras el maragato por las calles de Verín. La música -que durante todo el Entroido se podrá conocer su localización a través de una aplicación creada por el Concello- corrió a cargo de la charanga Los Támega y la banda de gaitas del Concello de Verín, acompañados del grupo “Os Preas” y sus bombos.
Cientos de compadres llegaron a la Praza García Barbón, donde la discomóvil Enjoy dio la bienvenida a la comitiva. Allí se leyó el pregón de los compadres, como todos los años, y desde el público los entroideiros aplaudieron y corearon a pleno pulmón. Se quemó el maragato. El Entroido de Verín comenzó. La noche se prolongó y los verineses ya esperan con ansia la segunda cita entroideira: el Domingo de Corredoiro.