El fiscal Carlos Bautista no descarta que detrás del chivatazo a ETA en 2006 haya 'otras personas' aparte de los acusados Enrique Pamies y José María Ballesteros, por lo que espera que, si se les condena, ocurra como con el excomisario José Amedo en los GAL y 'algún coimputado' hable.
El fiscal cree que hay indicios que 'dan a entender que hay más personas' detrás del soplo, pero no son lo suficientemente sólidos para que la Fiscalía haya ido 'más arriba'. 'Vamos a esperar, en este caso, si hay una sentencia condenatoria, a que algún coimputado haga lo que pasó en el GAL con el señor Amedo, es decir: hablar', afirmó.
Bautista calificó de 'chapucería nacional' el asunto del chivatazo y se volvió a referir al caso de corrupción que salpicó a Felipe González al compararlo con 'cuando alguien se gastaba los fondos reservados en los casinos'. 'Pues aquí a lo mejor es que cuando alguien juega a Harry El Sucio acaba convirtiéndose en Torrente, y es la peor de las opciones', afirmó.
MIEMBRO DEL PNV
El chivatazo se produjo, a su juicio, porque en la operación frustrada se iba a detener a un miembro del PNV, Gorka Agirre, un tema que era 'muy sensible' en plena tregua de ETA. 'Me parece claro que se produjo por medio criminales, ilícitos y delictivos una coadyuvación a un objetivo que era legítimo, acabar con ETA mediante un proceso (de paz)', afirmó.
Bautista, mantuvo en sus conclusiones la petición de pena de entre 1,5 y 5 años de prisión para los policías, y puso en duda la declaración del dueño del bar Faisán de Irún, Joseba Elosua, quien recibió el chivatazo a través de un móvil que le entregó Ballesteros.
Bautista calificó de 'chapucería nacional' el asunto del chivatazo y se volvió a referir al caso de corrupción que salpicó a Felipe González al compararlo con 'cuando alguien se gastaba los fondos reservados en los casinos'. 'Pues aquí a lo mejor es que cuando alguien juega a Harry El Sucio acaba convirtiéndose en Torrente, y es la peor de las opciones', afirmó.
MIEMBRO DEL PNV
El chivatazo se produjo, a su juicio, porque en la operación frustrada se iba a detener a un miembro del PNV, Gorka Agirre, un tema que era 'muy sensible' en plena tregua de ETA. 'Me parece claro que se produjo por medio criminales, ilícitos y delictivos una coadyuvación a un objetivo que era legítimo, acabar con ETA mediante un proceso (de paz)', afirmó.
Bautista, mantuvo en sus conclusiones la petición de pena de entre 1,5 y 5 años de prisión para los policías, y puso en duda la declaración del dueño del bar Faisán de Irún, Joseba Elosua, quien recibió el chivatazo a través de un móvil que le entregó Ballesteros.
