PERSPECTIVAS

¿Es deseable un ejercicio más técnico de la gestión política?

Entre las demandas de los ciudadanos y la relación entre los cargos técnicos y los propios políticos se hace necesario alcanzar un equilibrio

La relación entre la toma de decisiones políticas en las administraciones y un ejercicio técnico y profesional que asegure la gestión económica adecuada de los recursos fue el debate que centró el quinto encuentro del Faladoiro Económico, convocado por el Colegio de Economistas de Ourense. 
A este quinto encuentro  acudieron, bajo la coordinación de David Martínez, los economistas Bieito Seara, Guillermo Díez, Jesús Vázquez, José Ángel Vázquez Barquero, Carmen Sampayo y Carlos Díaz. 
El coordinador David Martínez lanzó las primeras interrogantes para abrir el debate:
¿Están los políticos gestionando adecuadamente sobre la base de criterios económicos? ¿Se hace la gestión de la administración tomando en cuenta el trabajo de los técnicos? 
Tras analizar el funcionamiento de las administraciones públicas desde ópticas económicas e incluso políticas, aprovechando la experiencia de los asistentes, se llegó a algunas conclusiones generales: 
· En la actualidad se necesita un político con formación y con los estudios necesarios para poder afrontar las nuevas estructuras políticas donde el componente económico es cada día más diferenciador. 
· Los salarios y responsabilidades en los cargos políticos y técnicos tienen una incidencia para lograr que se mantengan los mejores profesionales y que personas capacitadas acepten el riesgo de sumarse a la gestión pública. 
· Las administraciones públicas tienen unas limitaciones económicas, un techo económico para administrar. Este suele ser gestionado por los funcionarios de mayor nivel. 
· La presión del ciudadano para la toma de decisiones motiva que éstas no sean siempre las económicamente más rentables. 
· La gestión económica de las administraciones requiere de eficacia, eficiencia, y rentabilidad (en sentido amplio: económica y social). 
· Es necesaria una formación con nuevos modelos de gestión política. 

Eficiencia en la gestión 
En España, la gestión de las administraciones públicas suele ser política, no se sigue estrictamente por criterios económicos. Esto es distinto a lo que ocurre en otros países, donde una persona que tiene la responsabilidad en la gestión del dinero público suele ser altamente cualificada en esta materia. “Me parece bien que los políticos hagan política de acuerdo a una determinada ideología, pero a la hora de gestionar un recurso económico, lo prioritario es hacerlo de la manera adecuada, y para ello es necesario disponer de la formación adecuada”, afirmó Guillermo Díez. Para Jesús Vázquez, “hace falta una remesa de políticos altamente formados, lo ideal sería tener derecho y otra carrera, ya que la falta de criterios se convierte en temores que paralizan cualquier avance”. 
El coordinador recordó que en días recientes el Presidente de la Xunta de Galicia, D. Alberto Núñez Feijoo, afirmó que un buen dirigente ha de tener conocimientos de economía. Carlos Díaz por su parte, señaló que “para la gestión económica de los recursos públicos habría que aplicar criterios como los que emplea la empresa privada: eficiencia, eficacia y rentabilidad”. 

En este punto se generó un debate en relación a la rentabilidad y se estuvo de acuerdo en que la rentabilidad en la administración tiene una doble vertiente: una real y económica, y otra social. “Hace años, llevar una carta al último pueblo del mundo era poco económico, pero se mantenía el servicio. Hay un servicio de comunicación que puede dinamizar muchas cosas”, expresó Bieito Seara. 

Entre políticos y técnicos 
El balance posible entre los políticos y los técnicos en la gestión de las instituciones públicas fue otro de los puntos que se abordó. Comentó Bieito Seara que: “Hay que diferenciar el papel del político y el del gestor. Necesitamos a políticos que defiendan sus ideologías”. Añadió Bieito que prefiere a políticos coherentes en sus decisiones con lo que dijo que iba a hacer. 

Por su parte Guillermo Díez insistió en la necesidad de una elevada cualificación de los gestores de lo público, señalando que “en Estados Unidos una ciudad del tamaño de la de Ourense tiene un City Manager, que es un gestor altamente remunerado y que está suficientemente cualificado para hacerla funcionar”. Jesús Vázquez precisó la relación que ve eficiente entre político y técnico, “el gestor de una empresa o institución pública, no debe cambiar con el gobierno, pero el político deberá marcarle los objetivos políticos y las líneas de acción. El técnico tiene que ser capaz de ajustarse a la tendencia política y a los objetivos”. José Angel Vázquez Barquero aludió a la, a veces, falta de alternativas de elección al aportar el técnico de la administración pública una vía única ante un determinado proyecto. Comentó Barquero que “En algunas ocasiones para el técnico-funcionario pesan más las cautelas legales que otros aspectos de índole económico o político”. 

El papel de los ciudadanos 
Otro de los criterios que intervienen en el balance de la gestión del ejercicio de la carrera política es la ciudadanía y sus demandas. “Hay que hacer estructuras más acordes con las necesidades actuales, tenemos unos principios y unos valores, pero no podemos olvidar que para tomar decisiones políticas se necesita la parte económica “señaló Jesús Vázquez. 

En definitiva, hay que repartir los recursos en relación con las necesidades, la ciudadanía decide en base a ese reparto. Estamos en una sociedad cortoplacista: no se toman decisiones en base al futuro, si no la más fácil para evitar el conflicto. 

Los economistas disertaron entre la viabilidad económica y el servicio que prestan determinadas inversiones públicas como autovías, estaciones intermodales, AVE, institutos, piscinas por localidad o aeropuertos. Los ciudadanos entienden que tienen derecho a reivindicar determinadas instalaciones que no siempre son una opción viable. Hay decisiones que se toman en clave económica y hay decisiones que se toman en clave política. 

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