La conversión en karaoke multitudinario del concierto ofrecido en Vigo entre la noche y madrugada por la banda británica 'Arctic Monkeys' no debería sorprender, más cuando este grupo indie-rock cuenta con ritmos pegadizos e inteligentes letras. No obstante, sí lo hace cuando son más de 20.000 las voces --la mayoría de ellos procedentes de gargantas nacidas a mediados de los 80-que se niegan a dejar solo en ningún momento a Alex Turner, cantante de este carismático y veinteañero cuarteto, que demostró así por qué sus temas son himno de una generación musical.
Precedidos por los ritmos discotequeros y ochenteros de otro jovencísimo grupo, los catalanes 'Medentz' --sorprendidos e entusiasmado sin disimularlo con la acogida del público gallego--, los británicos abrieron su actuación en el escenario del auditorio del parque de Castrelos con 'The view from the afternoon' primer tema del trabajo 'Whatever People say I Am, that¡s what I'm not',con el que lograron ser encumbrados en 2005 como la revolución musical del año y que vendió más de 300.000 copias en las primeras semana a la venta.
Elección de apertura que entusiasmó a la audiencia, que desde desde ese instante y durante la más de una hora que siguió a continuación de concierto --concluyó pasada la una de la madrugada con el tema que también cierra este álbum 'a certain romance'-no dejó de gritar desde la primera a última letra de sus canciones, incluso las de su último trabajo 'Favourite Worst Nightmare', publicado este mismo año.
No obstante, y pesar del fervor incondicional desde el primer momento con cualquier de los temas de los dos trabajos que fue intercalando la banda, los asistentes --la mayoría de la edad media de los componentes-rascaron más sus gargantas y elevaron sus pies --más de lo habitual de lo que lo llevaban haciendo hasta el momento-cuando aparecieron lo ritmos sincopados y desgarradoras guitarras de 'I bet you look good on the dancefloor'.
En ese momento, el público demostró al grupo británico que tal y como recoge la canción eran capaces de bailar 'like a robots from 1984' (como robots de 1984), aunque la banda no toque electro-pop, sino un indie-rock, que les ha valido que les comparen con 'Blur' o 'Pulp' y por el que fueron etiquetados como los 'Libertines' del Norte.
En todo caso, y a pesar de los 20.000 asistentes corearon y bailaron sin descanso y sin bajar el ritmo en ningún momento, no hubo ninguna resistencia y ni peticiones de bises para un final de concierto de poco más de una hora. El cantante Alex Turner los avisó de antemano que sólo quedaban dos canciones más, quizás porque de ‘sun goes down' (el sol se había ido), como recordó al elegir ese tema como uno de los finales, al que tras 'a certain romance', siguió un ‘hasta pronto', lo que convenció para irse satisfechos al público, que tendrá otra oportunidad en el Festival de Benicassem.