La Policía Local de Sada (A Coruña) interceptó ayer a un camión de transporte de lodos que provocó un intenso mal olor en su viaje entre esta villa y Bergondo.
Fuentes municipales informaron de que el conductor, empresa propietaria y cliente fueron identificados para la tramitación de una denuncia por presunta infracción a la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente. Los hechos comenzaron poco después de las ocho de la mañana, cuando dos agentes que se encontraban de servicio en el casco urbano observaron, mientras circulaban en su coche patrulla por la avenida del Puerto -en dirección a la explanada portuaria- diversas manchas de color oscuro esparcidas por el carril de circulación en dirección hacia el centro de la villa.
Los agentes siguieron las marcas que había sobre la calzada hasta Gandarío, donde detectaron e interceptaron un camión en el margen izquierdo de la bajada a la playa. Se trataba de un camión con remolque consistente en una bañera -de las habitualmente usadas para el transporte de áridos- de la que caían restos de la materia transportada, una sustancia orgánica semilíquida que desprendía un fuerte olor.
El conductor reconoció ante los agentes que el transporte se había iniciado en la depuradora y que la carga consistía en lodos que ya habían pasado el proceso de filtrado, aunque también admitió que la carga era demasiado líquida y que su remolque había sufrido un fallo en el sistema de obstruir la salida de la carga y que consistía en la aplicación de una espuma de poliuretano sobre las zonas abiertas de la bañera del vehículo.
Durante el tiempo que duró la intervención policial se recibieron en la centralita de la Policía Local varias llamadas de ciudadanos advirtiendo del mal olor.
Los agentes siguieron las marcas que había sobre la calzada hasta Gandarío, donde detectaron e interceptaron un camión en el margen izquierdo de la bajada a la playa. Se trataba de un camión con remolque consistente en una bañera -de las habitualmente usadas para el transporte de áridos- de la que caían restos de la materia transportada, una sustancia orgánica semilíquida que desprendía un fuerte olor.
El conductor reconoció ante los agentes que el transporte se había iniciado en la depuradora y que la carga consistía en lodos que ya habían pasado el proceso de filtrado, aunque también admitió que la carga era demasiado líquida y que su remolque había sufrido un fallo en el sistema de obstruir la salida de la carga y que consistía en la aplicación de una espuma de poliuretano sobre las zonas abiertas de la bañera del vehículo.
Durante el tiempo que duró la intervención policial se recibieron en la centralita de la Policía Local varias llamadas de ciudadanos advirtiendo del mal olor.
