SENTENCIA

Condenan al Sergas a pagar 417.269 euros a una joven que estuvo a punto de morir ahogada

En la atención de la menor se produjo una concatenación de errores, empezando por una confusión sobre el nombre de la playa por el 061 y cortes en la comunicación. La chica estuvo en coma y ahora sufre una anoxia cerebral

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha ratificado una sentencia que condena a la Xunta a indemnizar con 417.269 euros a la familia de una chica que estuvo a punto de morir ahogada en mayo de 2010 en la playa de Canabal, en Cangas, por los daños y perjuicios sufridos como consecuencia de la asistencia sanitaria recibida.

En el fallo original, dictado por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de Pontevedra, contra el que presentaron recurso la Xunta y la aseguradora Zúrich, se aprecia una relación causal entre los 56 minutos que tardó en llegar la ambulancia medicalizada y las graves secuelas que le quedaron.

La chica estuvo hospitalizada 217 días, 78 en estado de coma, y en la actualidad padece trastorno cognitivo por anoxia cerebral, que le ocasiona un trastorno orgánico de la personalidad grave, sufriendo asimismo deterioro cognoscitivo grave.

En abril de 2011, la Xunta le reconoció a la chica un grado de discapacidad del 95 %, tanto física como psíquica, así como la existencia de dificultades de movilidad para utilizar transportes colectivos.

En la atención de la menor se produjo una concatenación de errores, empezando por una confusión sobre el nombre de la playa por parte del gestor del 061 que atendió la llamada de alerta de un particular y cortes en la comunicación.

A ello se sumaron el desconocimiento de los accesos a la playa y el "desconcierto" del personal de la ambulancia asistencial que acudió en primera instancia y practicó a la menor la reanimación cardiopulmonar básica.

Al ver que era insuficiente, los técnicos del 061 reclamaron una ambulancia medicalizada y al 112 la salida del helicóptero medicalizado, aunque minutos más tarde Urgencias Médicas anuló tal petición.

Este retraso de casi una hora "se tornó en decisivo para la entidad de las secuelas sufridas por la menor", sostiene el tribunal.

Tras practicarle desfibrilación cardíaca (descarga) e intubación orotraqueal y lograr que recuperase el pulso, la chica fue trasladada al hospital Povisa, donde ingresó con un diagnóstico de semiahogada en agua salada, parada cardíaca, fibrilación ventricular y encefalopatía anóxica.

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