El fiscal superior, Carlos Varela, afirma que ocultar el arte sacro de los templos no frena su expolio

La Fiscalía reclama catalogar el patrimonio de las iglesias

Asistentes a las jornadas sobre protección del patrimonio cultural, en la Cidade da Cultura. (Foto: ANA VARELA)
El fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, Carlos Varela, destacó ayer que todavía sigue pendiente la elaboración de un registro de bienes culturales en numerosas iglesias, una de las medidas aconsejadas para prevenir el expolio de arte sacro. Además, en unas jornadas de protección del patrimonio cultural, que se celebran en Santiago, propuso al conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, la firma de un convenio para preservar, dar a conocer y catalogar el patrimonio cultural de los recintos religiosos.
Varela destacó en su intervención que la conservación del patrimonio mueble de catedrales, iglesias y conventos ha adquirido actualidad, especialmente tras el robo y posterior recuperación del Códice Calixtino. Apuntó que la sustracción de objetos de arte sacro presenta una tendencia al crecimiento y la Iglesia.

Sostuvo que los robos en los templos deben conllevar el reforzamiento de las medidas preventivas y de los medios de defensa, entre ellas elementales medidas de seguridad que, dijo, no deben ser descuidadas, así como la implementación de dispositivos de protección, como los sistemas de alarma y vídeovigilancia.


REGISTRO DE BIENES PENDIENTE

En todo caso, el fiscal superior señaló que la elaboración de un simple registro de bienes 'continúa pendiente de hacerse en un elevado número de iglesias'. Para Carlos Varela, el catálogo de los objetos existentes en cada templo constituye la forma 'más elemental' de seguridad de este patrimonio, ya que resulta indispensable para la actuación de las propias autoridades policiales, y la recuperación de una obra sustraída será tanto más probable cuanto más rápida sea su comunicación y más completa la información disponible.

Ante la dimensión de los robos en capillas e iglesias, son muchas las diócesis, argumentó el fiscal, que optan por retirar de los templos los objetos más valiosos pero considera que 'cerrar iglesias u ocultar las piezas, contrariando su vocación original, no puede constituir en cualquier circunstancia, una solución de salvaguardia aceptable'. En opinión del fiscal, un bien cultural no debe ser desvinculado del medio donde fue producido, salvo cuando hubiese condiciones adversas que lo amenacen, y debe devolverse a su lugar originario cuando esas condiciones sean superadas.

Para Varela, la facilidad con la que pueden ser sustraídos los objetos del patrimonio religioso obedece al aislamiento geográfico de los templos en zonas rurales; a la falta de seguridad de los recintos o a la poca disponibilidad de personal religioso que pueda velar por su seguridad y conservación.

El fiscal recordó que ya había trasladado a los organismos de la Iglesia y la Xunta su propuesta denominada 'Iglesia Segura. Cultura Protegida. Recoge una serie de intervenciones, que van desde procedimientos internacionales que determinan información para identificar obras de arte y documentación de piezas hasta otras de carácter organizativo que deben desarrollar las entidades religiosas, como inventarios a través de Internet en base a obras sustraídas.

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