Con los ojos llenos de lágrimas, Lydia Bosch salió de la sala del Juzgado de Instrucción numero 3 de Pozuelo y se abrazó a Patricia Cerezo, la mujer del presentador Ramón García. Tranquila, tranquila ya ha pasado todo le decía ésta. Pero, dentro de lo que cabe estaba contenta porque en la vista previa el Ministerio Fiscal ha pedido que a la actriz le sea concedida la guardia y custodia de sus hijos, el uso y disfrute del domicilio conyugal y una pensión de 2000 euros mensuales para cada uno de los mellizos.
Alberto podrá estar con sus hijos los fines de semana alternos, los podrá recoger a la salida de clase los viernes a las cinco y volverlos a dejar en el colegio el los lunes por la mañana, y también podrá pasar con ellos las tardes de los miércoles; de cinco a ocho y media.
Para evitar a las cámaras la pareja accedió al Juzgado por el garaje. Lydia llevó numerosos testigos: amigos; gente del servicio e incluso al actor Iñaki Miramón, un antiguo novio. Alberto, por su parte, estaba arropado por sus familiares más cercanos: sus dos hermanas, su hermano y su cuñado.
Pero este no fue el único encuentro en los Juzgados. Júnior vio a sus hijos después de meses sin verse ni hablarse, pero no sirvió para nada, ni una mirada, ni un saludo, como si no se conocieran. Está claro que la muerte de Marieta ha acabado con la unión de la familia y dificilmente volverá a recomponerse.
La vista duró alrededor de 20 minutos. Depués, Carmen y Antonio se marcharon juntos y Junior lo hizo solo. Si Marieta estuviera viva, se echaría a llorar, comentó a la salida el viudo de la cantante.
Para evitar a las cámaras la pareja accedió al Juzgado por el garaje. Lydia llevó numerosos testigos: amigos; gente del servicio e incluso al actor Iñaki Miramón, un antiguo novio. Alberto, por su parte, estaba arropado por sus familiares más cercanos: sus dos hermanas, su hermano y su cuñado.
Pero este no fue el único encuentro en los Juzgados. Júnior vio a sus hijos después de meses sin verse ni hablarse, pero no sirvió para nada, ni una mirada, ni un saludo, como si no se conocieran. Está claro que la muerte de Marieta ha acabado con la unión de la familia y dificilmente volverá a recomponerse.
La vista duró alrededor de 20 minutos. Depués, Carmen y Antonio se marcharon juntos y Junior lo hizo solo. Si Marieta estuviera viva, se echaría a llorar, comentó a la salida el viudo de la cantante.
