LA REVISTA

El mayor descubrimiento arqueológico del siglo XXI

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photo_camera Tumba de Anfípolis.

Todavía no se sabe quién el titular de la tumba de anfípolis, pero las perspectivas resultan espectaculares: quizás se construyó para Alejandro Magno

Lo que parece seguro es la importancia del descubrimiento: una tumba datada en el año 300 antes de Cristo donde se han encontrado restos de cinco personas, de ellas una mujer anciana que podría ser Olimpia, dos hombres de mediana edad, un bebé y un adulto. En Grecia crece la esperanza de que se trate de un hallazgo de un impacto similar al del faraón Tutankhamon, capaz  entre otras cosas de alentar el turismo y mover la  economía especialmente en la deprimida región norte, de donde era originario Alejandro Magno. De lo que no hay duda es de que estamos ante el que es hasta el momento el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XXI, hito que sólo podría superar la apertura del sepulcro del primer emperador chino, Chin Shiguandi, custodiado por el ejército de terracota y bajo una montaña artificial: pero las autoridades de Pekín se niegan alegando que no está garantizada su conservación una vez abierta. Es más probable que tenga que ver con la cultura confucionista de devoción a los antepasados. Especialmente con Shinguandi, el creador de China, a la que dio su nombre, construyó la Muralla y fijó la escritura.

En cuanto a Alejandro Magno, el mayor conquistador de la Historia abandonó con 21 años Grecia y nunca regresó. Con 33 fallecía en Babilonia tras haber llegado hasta la India sin haber sido nunca derrotado, siendo coronado emperador de Persia, faraón de Egipto, rey de Macedonia y hegemón panhelénico. Sus generales se disputaron su cuerpo, que secuestró Ptolomeo cuando iba camino de Macedonia para ser enterrado, quizá en   Anfípolis, adonde nunca llegó. Ptolomeo, que también era griego macedonio, se lo llevó a Egipto, donde se proclamó faraón, con capital en Alejandría, ciudad fundada por el propio Magno, donde instauró la última dinastía. Su último descendiente, trescientos años después, sería Cleopatra.

La tumba de Anfípolis ya era conocida, pero sólo ha sido ahora cuando se han constatado sus verdaderas dimensiones y por tanto, su importancia real. Es la mayor de Grecia y aunque queda mucho por descubrir ya se sabe que es una necrópolis real. Y por la época, sólo podría ser para la familia de Alejandro: su madre y sus hermanos.  Así lo entienden los expertos, que llevan años excavando y haciendo descubrimientos espectaculares. El último anunciado por los arqueólogos se produjo el pasado mes de noviembre, cuando debajo de la tercera cámara de la tumba hallaron un sarcófago de piedra caliza con restos de un ataúd de madera y huesos humanos.

Como explicaron las autoridades griegas, desde su descubrimiento en 2012 las grandes dimensiones del monumento (30 metros de alto y un muro circular de 497 metros, una auténtica montaña artificial) hacían prever que se había construido en honor a un miembro destacado del ejército o a alguien muy cercano al rey de Macedonia. Se pensó en un general o el regente del país. Pero ahora se señala hacia Olimpia, probablemente la mujer más importante de la Historia griega por su condición de esposa de Filipo, el unificador de la Hélade, de madre de Alejandro Magno y regente de Macedonia. Sin embargo, acabó siendo asesinada por su rival, Casandro, quien también eliminó a toda la familia de Alejandro, incluyendo a su hijo póstumo, también llamado Alejandro, y a su medio hermano Filipo Arrideo, que estaba incapacitado para el trono. Idéntica suerte sufrió su hermana, Cleopatra de Macedonia, asesinada. Todos quizá estén en Anfípolis, que de confirmar todo lo que se anuncia promete convertirse en un nuevo icono para Grecia….

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