Muestran su temor a que los atentados islamistas frenen las reformas anunciadas por Mohamed VI

Miles de marroquíes expresan en la calle su apoyo al cambio

Los manifestantes, en la plaza Yemá Fna de Marraquech. (Foto: ZACARÍAS GARCÍA)
Miles de personas salieron ayer a la emblemática plaza Yemá el Fna de Marraquech, escenario, hace diez días, del último atentado cometido sobre suelo marroquí, para reclamar que la lucha contra el terrorismo no sirva de argumento para frenar las reformas hacia la democracia. Los manifestantes, convocados por el Movimiento 20 de Febrero, partieron sobre las once de la mañana de una de las entradas de la medina de Marraquech y recorrieron barrios populares hasta llegar a Yemá el Fna, donde hicieron una sentada cerca del café Argana, lugar de la explosión del 28 de abril.
Los presentes (20.000 según la organización) corearon consignas reclamando más osadía en las reformas democráticas o la disolución del partido gobernante Istiqlal y lanzaron proclamas contra la corrupción y contra algunos consejero próximos al rey Mohamed VI.

Pero la manifestación tuvo en esta ocasión un carácter especial de duelo por el atentado del Argana, en el que murieron 17 personas y otra veintena resultaron heridas. 'La marcha ha sido convocada contra este acto de terrorismo y contra la manipulación que pueda hacerse de él', dijo en declaraciones a los periodistas uno de los organizadores de la protesta, Abdeluahed Ahtetecht, quien leyó el comunicado final.

En su discurso, el Movimiento 20 de Febrero insistió en sus reivindicaciones clásicas: una Constitución democrática popular, la disolución del Parlamento y el Gobierno o la liberación de todos los presos políticos. 'Seguimos exigiendo nuestras reivindicaciones pese al atentado. Estamos contra todo lo que el Estado ha concedido hasta ahora, queremos reformas verdaderas: democracia y libertad para todo el mundo', señaló Ahtetecht, quien también expresó las 'condolencias' de los manifestantes a las víctimas y sus familias.

El rey Mohamed VI anunció en un discurso a la nación el pasado 8 de marzo la puesta en marcha de una reforma constitucional, encargada por el mismo, en la que se atribuirán mayores poderes al primer ministro y al Parlamento, y que deberá ser aprobada en referéndum. El coordinador de la marcha mostró el temor, compartido por muchos de los asistentes, a que haya 'sectores del Estado marroquí' que utilicen el atentado para frenar nuestra lucha.

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