El arquitecto municipal de Carballiño trabaja en un proyecto para mejorar la seguridad vial, fundamentalmente de los peatones, en las céntricas calles Aldara, Cesáreo Tizón y Ribeiro. El concejal responsable del departamento de Urbanismo, Magín Daparte, ha encargado dicho proyecto que acometerá la brigada de obras en distintas fases.
En esencia, consiste en el ensanche de aceras en aquellos tramos en los que la calzada tiene espacio suficiente, teniendo en cuenta que las tres calles contiguas constituyen el principal acceso de vehículos al centro urbano (Praza Maior y Concello) y en ella desembocan otras adyacentes que no han sido peatonalizadas en este entorno. El cierre al tráfico, primero de la calle Perfectino Vieitez, y más recientemente de Cánovas del Castillo, ha incrementando el transito de vehículos en los tres viales en los que se realizarán las reformas.
RIESGO DE ACCIDENTES
El principal problema para los peatones se debe a la estrechez de las aceras por las que no pueden circular sillas de bebés y mucho menos sillas de ruedas, una situación que obliga a caminar por la calzada con el consiguiente riesgo que implica en un acceso tan transitado.
Magín Daparte declaraba que 'o que pretendo é humanizar estas rúas para que as persoas poidan camiñar sin obstáculos'.
La primera intervención se realizó en un tramo de la calle Aldara, doblando de uno a dos metros el ancho de la acera. En esa zona todavía están pendientes de ejecutar obras para aislar los contenedores de basura.
El próximo tramo previsto por el concejal es en Cesáreo Tizón. Aquí las aceras aumentarán en 40 centímetros en algunos puntos, pasando a un ancho de 1,40 metros, mientras que en otros alcanzarán los 2,20 metros, cuando ahora no sobrepasan el 1,20. No es una intervención homogénea porque está en función del ancho de la calzada y en la que también se respetan los espacios destinados a los contenedores, del mismo modo que se hará después en la rúa Ribeiro.
Magín Daparte asegura que estas reformas apenas afectarán al número de plazas de estacionamiento, aunque sí modificarán algún que otro paso de peatones.
RIESGO DE ACCIDENTES
El principal problema para los peatones se debe a la estrechez de las aceras por las que no pueden circular sillas de bebés y mucho menos sillas de ruedas, una situación que obliga a caminar por la calzada con el consiguiente riesgo que implica en un acceso tan transitado.
Magín Daparte declaraba que 'o que pretendo é humanizar estas rúas para que as persoas poidan camiñar sin obstáculos'.
La primera intervención se realizó en un tramo de la calle Aldara, doblando de uno a dos metros el ancho de la acera. En esa zona todavía están pendientes de ejecutar obras para aislar los contenedores de basura.
El próximo tramo previsto por el concejal es en Cesáreo Tizón. Aquí las aceras aumentarán en 40 centímetros en algunos puntos, pasando a un ancho de 1,40 metros, mientras que en otros alcanzarán los 2,20 metros, cuando ahora no sobrepasan el 1,20. No es una intervención homogénea porque está en función del ancho de la calzada y en la que también se respetan los espacios destinados a los contenedores, del mismo modo que se hará después en la rúa Ribeiro.
Magín Daparte asegura que estas reformas apenas afectarán al número de plazas de estacionamiento, aunque sí modificarán algún que otro paso de peatones.
