La Corporación de Carballiño aprobó por unanimidad la retirada de la Medalla de Oro a Francisco Franco, que le había sido concedida, también en pleno, en el año 1958. Se abría la sesión guardando un minuto de silencio por las víctimas de la dictadura a petición de la portavoz del BNG, Sofía García, y ya durante el turno de intervenciones, tanto la edil nacionalista como el portavoz de Espazo Común, Adolfo Nogueira, reprocharon al gobierno el retraso de seis años para la tramitación, ya que la decisión había sido aprobada en el 2018. El portavoz del gobierno, Diego Fernández, justificó el retraso en la localización del acta en donde se recoge la concesión honorífica.
Esta sesión ordinaria transcurrió con el tiempo de las intervenciones controlado por primera vez mediante un cronómetro, que daba buenos resultados reduciéndose el pleno de manera efectiva.
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Así, también se aprobaba por unanimidad una moción del BNG para regular los aparcamientos en el centro, favoreciendo la movilidad de los coches y en consecuencia al comercio local; y en la que además se instaba a peatonalizar las calles del entorno del parque infantil de la Alameda. La oposición advertía del riesgo de accidentes para los niños y pidieron la adopción inmediata de medidas.
El concejal de Seguridad, Alberto Otero, manifestaba que “vamos a tomar medidas inmediatas”, refiriéndose a negociar con los taxistas que tienen la parada en esta zona, al mismo tiempo que se estudia la instalación de pivotes, entre otras posibles medidas para evitar la circulación. La popular Lorena Crespo instaba, además, a peatonalizar el entorno de la Praza Maior, respondiendo Otero que están a la espera de la redacción de un plan de movilidad urbana, con el que se abordará un proyecto más ambicioso.
También se aprobaba de forma unánime la propuesta de Espazo Común para disponer de un técnico de obras y medio ambiente para el control en la ejecución de los proyectos y concesión de los servicios. La oposición considera que son varias las obras que han quedado en malas condiciones, entre ellas la calle Aquilino Sánchez y el parque infantil de Toscaña, a lo que el alcalde, Francisco Fumega, confirmaba la próxima disponibilidad de un trabajador.
La última moción, defendida por Diana González del PP, obtuvo la unanimidad para obligar a los promotores a concluir las fachadas de los edificios cuyas obras se paralizaron; informar sobre las subvenciones para acabar con el feismo urbano y solicitar la erradicación del chabolismo.
