La Guardia Civil investiga si una vecina de Cea padece faringitis por la ingesta de agua envasada

La Guardia Civil recogió una botella de agua embotellada, junto con el lote al que pertenecía, porque una vecina de Cea asegura que la que ella ingirió estaba en mal estado. La empresa defiende la total seguridad en el envasado.
Una vecina de Cea asegura que padece una faringitis por la ingesta de sendos tragos de una botella de agua mineral. Elena González Vázquez es conductora de autobús y se encontraba el pasado lunes en el bar Bahía de la localidad, en donde pidió una botella de agua. ‘Co primeiro trago notei que non sabía ben e díxenllo ós meus compañeiros, pero probei de novo e comprobei que tiña un sabor horrible ó mesmo tempo que me deixou a boca como anestesiada’, narraba la afectada.

En poco tiempo, continuó Elena González, ‘desapareceume a sensación da lengua dormida pero quedeime afónica e aínda hoxe o estou un pouco’. El médico le diagnosticó una faringitis y ella avisó a la Guardia Civil que incautó la botella con carácter preventivo junto con el resto del lote al que pertenecía con vistas a realizar el correspondiente análisis. Elena González asegura que ella misma rompió el precinto del envase (de la marca Cabreiroá) y que ‘aínda que non me puxen grave quero que Sanidade teña constancia para que tome medidas’.

El responsable de comunicación de la empresa Cabreiroá, Antonio Viejo, considera que lo ocurrido el pasado lunes es totalmente diferente al caso de Elia Roqueiro en agosto, ahora ya recuperada en su casa, pero que estuvo ingresada por una intoxicación grave tras beber un único trago de una botella de agua. ‘No sabemos lo que ocurrió en esta ocasión, el agua está pendiente de analizar pero estamos tranquilos porque podemos garantizar la seguridad en la producción’, señaló Viejo, quien considera extraño que los dos casos ocurran en el mismo pueblo, insistiendo en que ‘en esta ocasión no hubo daños y quiero pensar que los resultados de los análisis indicarán que sólo es agua, y que se debió a cierta psicosis por lo que pasó en el mes de agosto’.

Rellenado

Al respecto de la intoxicación de Elia Roqueiro, Antonio Viejo manifestó que ‘estamos convencidos que la botella fue rellenada por segunda vez y con algún producto tóxico, falta por saber en dónde se hizo y los análisis dirán lo qué contenía’. La empresa, según matiza, aguarda con impaciencia los resultados de la analítica que está realizando el Instituto de Toxicología en Santiago, a petición judicial, para corroborar su tesis.

Pendientes de las analíticas

Fuentes próximas a la investigación aseguraron que de momento, pese al tiempo transcurrido, no disponen de los resultados de los análisis del agua correspondientes a la primera botella que provocó la intoxicación a una vecina de Piñor en agosto. Por otra parte, fuentes de Sanidade restaron importancia a lo ocurrido este pasado lunes, puesto que no tuvo consecuencias graves. El jefe de Seguridade Alimentaria, José Martínez, manifestó que la Consellería de Sanidade no intervino por tratarse de una única botella por cuyo motivo la investigación es competencia de la policía, y no de un lote, lo que supondría un riesgo para la salud pública. Al respecto, señaló que en las plantas de envasado se realizan como mínimo dos inspecciones al año para comprobar la calidad del agua y el adecuado funcionamiento de todo el proceso.


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