Los vendimiadores acampados en Beade suplen la falta de aseos con las piscinas de Berán

Temporeros antisistema a 60 euros el día

Los temporeros ocupan con sus tiendas el entorno de la iglesia de Beade. (Foto: Xesús Fariñas)
Beade acogió un año más a temporeros procedentes de muy distintos países para trabajar en la vendimia de O Ribeiro. Para unos, trasladarse de un lugar a otro es una forma de vida, para otros, una ocasión de ganar dinero.
Los temporeros eligieron un año más el emblemático entorno de la iglesia de Beade como lugar de referencia para acampar durante los días que dura la vendimia de O Ribeiro. En la presente campaña acudieron en torno a una treintena, la mayoría jóvenes, y de muy distinta procedencia como portugueses, italianos, mejicanos, españoles y hasta búlgaros, entre otros, que según se fue desarrollando la vendimia se van distribuyendo por distintas localidades, según les fueron reclamando los viticultores.

Así lo explicaba Manuel Jibairo, que desde Lisboa es el primer año que acude a la vendimia de O Ribeiro. Echado en un viejo colchón a la intemperie, al lado de una fogata y saboreando un ‘ribeiro’, manifestaba que ‘aquí pagan bien, cerca de 60 euros por jornada, aunque el trabajo es muy duro, hubo gente a la que no le dieron porque los patrones miran cómo te comportas los primeros días y si bebes demasiado no te contratan’. ‘No somos diferentes porque vistamos mal, porque tengamos mal aspecto o utilicemos tiendas, somos gente que sabemos vivir, no nos controla el sistema, no somos mendigos como algunos piensan, porque venimos a trabajar’, señalaba este portugués.

Ismael, matizó que ‘soy simplemente Ismael’, viene de Segovia y es un asiduo de la vendimia de La Rioja, pero este año le hablaron de O Ribeiro y está contento de haber venido. ‘Tanto aquí como en la Rioja lo pasas mejor o peor dependiendo de cómo sea el patrón. Hay algunos que te dan la paga, alojamiento y comida, entonces estás bien, sino tienes que vivir en las tien das. Aquí me dieron la paga y comida, no me quejo’. Su próximo destino será Jaén para la recogida de la aceituna.

Todos aseguran que volverán el año que viene, aunque también se refieren al trato que reciben de los vecinos de O Ribeiro, manifestando que ‘hay gente de todo tipo, algunos ya vienen a saludarnos y a ofrecernos trabajo cuando llegamos, otros ni se acercan al bar que frecuentamos porque ni quieren vernos’. Asimismo, añadieron que ‘muchos de nosotros ya hemos quedado con los patrones para la próxima campaña’. Aún así, Luis (tampoco quiso dar el apellido), matizaba que ‘es mi sexto año en Beade y observo que la cosecha es cada vez más pequeña y hay menos trabajo’.

Beade sigue siendo la base de los acampados, pese a que allí no disponen absolutamente de ningún servicio y que de lo único que pueden disfrutar es del magnífico paisaje y de toda la tranquilidad del mundo. En esta ocasión, no obstante, los temporeros cuentan con una gran ventaja, ya que están aprovechando la piscina y lavadero del balneario de Berán, cuyas instalaciones están cerradas al público.

MOTIVOS

Una situación temporal o una forma de vida

Para muchos de los temporeros, desplazarse de un lugar a otro, trabajando en lo que surja, es un modo de vida. Para otros, sin embargo, es una situación temporal. Un grupo de jóvenes portugueses ocupan una furgoneta. Rafael Piatxiewicz aseguró que ‘me encontré aquí con esta gente y seguiré con ellos hasta La Rioja’. Acaba de terminar sus estudios universitarios y matizó que ‘cada uno tiene sus motivos para venir, no es por vivir una experiencia distinta, porque cortar racimos no es más que un trabajo, lo hago sólo por dinero, para descargar un poco a mis padres del gasto de los estudios’. ‘Llevo seis años viniendo y la cosecha es cada vez menor, por eso no siempre hay trabajo para todos’, señalaba un compañero, y añadía que ‘mañana, no sé, no sé dónde estaré’.

RIBEIRA SACRA

Empleados foráneos por falta de relevo

El envejecimiento poblacional registrado en la comarca de la Ribeira Sacra ha obligado a las bodegas amparadas por esta denominación de origen a incorporar cerca de un 30% de trabajadores de otros puntos de Galicia. La proporción de contratación externa aumenta cada año y fuentes del Consello Regulador reconocieron que ‘esta circunstancia comienza a ser un problema’.

Viticultores y bodegas realizan ofertas de empleo y, aunque el volumen de trabajadores es mínimo, en el conjunto de la denominación está aumentando cada año. El presidente del Consello Regulador, José Manuel Rodríguez, apuntó que ‘el 70% de los que vendimian son jubilados, pero ésta es una época que se vive con mucha alegría, es una tradición’.

La falta de mano de obra joven y, por tanto, de relevo generacional es una constante en el conjunto de las zonas de producción de vid que, en algunos casos, se realiza en socalcos cuya pendiente oscila entre el 80 y el 100 por ciento. Al respecto, José Manuel Rodríguez matizaba que la recogida y carga de la uva en dichos socalcos y en un trayecto de 60 o 70 metros es equiparable a subir a un décimo piso con el peso sobre las espaldas.

Cosecha

Por este motivo, algunos viticultores y bodegueros incorporaron a sus tierras de producción elevadores mecánicos que facilitan la labor del vendimiador. No obstante, esta posibilidad no está al alcance de todos dada la excesiva parcelación de las viñas y las reducidas superficies que impide, según el presidente del Consello Regulador, la instalación de los elevadores.

Los técnicos confían en recoger durante la presente campaña entre 12 y 14 millones de kilos de uva (en O Ribeiro se esperan alcanzar los 13 millones), de los que sólo un tercio, entre cuatro y 4,5 millones se dedicará a la elaboración de vinos de calidad. ‘Somos un caso especial porque unos dos tercios de uva se vendimia para consumo propio’, señaló el presidente.

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