Ourense no tempo | Balneario de Requeixo, Vilaza

Villaza (dibujo, Almanaque de Galicia 1909).
photo_camera Villaza (dibujo, Almanaque de Galicia 1909).

Que nuestra provincia tiene un enorme potencial de turismo termal, nadie lo discute, y más aún cuando revisas la historia y te encuentras con la inmensa variedad de balnearios que tuvimos; lo que resulta difícil de asimilar es el porqué toda esa riqueza se fue dejando perder. Hoy, por fortuna, se están poniendo en marcha excelentes instalaciones: Arnoia, Laias, Lobios... En la mismísima Ourense existen un buen número de proyectos; Diputación, antigua cárcel, Burgas... que de llegar a buen término pueden ser un perfecto revulsivo para la tan necesita economía local.

 Pero dejemos esos temas a los expertos y permitidme que vaya a lo que me fascina: mis visitas al pasado. Hoy, si me acompañáis, visitaremos uno de aquellos balnearios que en “la temporada” proporcionaba diversión y salud a sus visitantes, y que yo he descubierto gracias a mi amigo Alfonso Bayón. Nos vamos a “Requeixo”, Vilaza, Verín.

 La mayor cantidad de manantiales de la provincia se encuentra en la comarca de Verín; allí, la tradición balnearia y el aprovechamiento de sus aguas mineromedicinales dieron lugar al nacimiento de centros como Sousas, Cabreiroá, Fonte Nova, Caldeliñas y este que hoy visitamos. 

 Aunque la oficialización de su declaración de aguas mineromedicinales no la recibió hasta 1900, fue en julio de 1896 cuando su promotor, Jacinto Becerra Romero, (empresario y vicepresidente de la Diputación ourensana) recibió la aprobación del expediente de la Declaración de Aguas Mineromedicinales del manantial de Villaza. Las obras ya habían comenzado y se esperaba que rematasen en un año, aunque finalmente fueron dos, siendo en 1898 cuando se comenzaron a recibir los primeros agüistas. Fue don Miguel Gómez Camaleño, director del balneario de Fitero Nuevo (Navarra), quien comisionado por el ministro de la Gobernación se encargó de realizar los análisis de agua en octubre de 1899. 

 Contó desde los primeros momentos con clientes de prestigio, que sin duda dieron lugar al efecto llamada. El obispo ourensano Pascual Carrascosa Gabaldón, hombre de salud delicada y asiduo de los balnearios gallegos, fue uno de ellos y con frecuencia en sus estancias se veía acompañado por el prelado de Lugo Benito Murúa. Ellos fueron los encargados de bendecir de manera oficial las instalaciones (hotel y balneario) en julio de 1900. 

Los beneficios de aquellas aguas (bicarbonatadas sódico-litinicas) se unían al ambiente de paz que se respiraba en aquel escenario idílico, donde el único sonido que se escuchaba era el de la naturaleza donde las aguas tranquilas competían con el murmullo del aire moviendo las ramas, y de vez en cuando algún animalillo que se atrevía a acercarse.

Rematada la temporada de 1902 y viendo el éxito de concurrencia a los balnearios próximos a la villa, las sociedades recreativas (Círculo Conservador de Luis Hermida... ) Comenzaron a planificar la organización de eventos para entretenimiento de los agüistas, uniéndose así a la Banda Municipal, que ya dedicaba frecuentes actuaciones a los balnearios. 

En 1903 fueron 107 los agüistas que hicieron uso del hotel del balneario, a los que hay que sumar los que se alojaron en la villa de Verín. Desde 1901 estaba al frente del servicio médico del balneario don Juan Manuel Espada Montanos. Las tarifas eran 5 pesetas para primera clase y 3,25 en segunda. La botella de litro se vendía a 0,95 pts. Y, si se traía el casco vacío, se reembolsaban 0,20 cts. (A partir de 1904 el litro pasó a 0,80 y por el casco solo e devolvían 0,10 cts.). En restaurantes y sociedades como el Liceo se servía el agua bien fría a un precio de dos reales el vaso.

En julio de 1905 se nombra médico director a Manuel García Diéguez, y se consigue que se instale una línea de teléfono y telégrafo. La oficina bancaria llego dos años después.

En octubre de 1907 fallece Jacinto Becerra, pasando la propiedad a sus herederos, figurando desde ese momento como Hijos de Jacinto Becerra. Sin que lo haya podido confirmar, en torno a febrero de 1913 se cedió la distribución mundial de las aguas a la Banca Fuentes de Ourense, quienes para lanzar el producto deciden presentarlo a ferias y exposiciones, obteniendo magníficos resultados en todas ellas. En 1913 obtiene medalla de oro en el Congreso de Hidrología de Madrid; en abril del 14, diploma y medalla de oro en Londres, y al mes siguiente, el mismo galardón en Barcelona.

Todo discurrió con normalidad, tanto en el balneario que seguía recibiendo en temporada a sus incondicionales (muchos de Santiago y A Coruña), como en la distribución de las aguas, hasta que los problemas de gestión de la Banca Fuentes en 1923 arrastraron a la empresa de Villaza a graves problemas financieros. Yo casi prefiero dejarlo así por aquello de mejor tener buenos recuerdos...

En 1916, el dr. Rodríguez Pinilla escribía un artículo para Vida Gallega en el que describía las aguas minerales de Verín. A las aguas de Villaza les reservó estos adjetivos: permanente, exportable, templada, casera; aclarándolo con esta explicación: “Al abrirse una botella de agua de Villaza, no da gran taponazo, pero luego de un rato, se ven en la botella misma, como en el vaso y como sucede en el estómago, desprendimiento de esas burbujitas de ácido carbónico que lentamente van a excitar la capa muscular del aparato digestivo y va a promover los consabidos efectos de contraer rápidamente el estómago, permitiendo una acción más lenta de los demás componentes de alcalinidad”.

Datos procedentes de anuncios publicitarios de la época.: 

Para llegar, dirigirse a Orense, donde se coge el coche correo de Perille en el Paseo (¿23,00 horas?, confirmado aunque parezca extraño). Apearse en Albarelos donde esperará el carruaje del balneario para realizar los últimos 4 kilómetros. 

Eficaces contra dispepsia, diabetes, litiasis, cálculos hepáticos, nefritis (albumina), cistitis, etc. etc. (en estos temas el etc. siempre me resultó “preocupante”). Como agua de mesa las más agradables. De venta en farmacias y droguerías. 

Cuando estaba terminando de escribir este artículo, leo en la prensa que comenzaron los trabajos para impedir el avance del terrible deterioro del balneario, con intención posteriormente de recuperarlo, una excelente noticia que involucra a la Diputación y Concello de Verín.

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