Una mujer que facilitó a su compañero sentimental cocaína y resina de cannabis durante un vis a vis en la prisión de Pereiro aceptó ayer en la Audiencia una pena de un año y seis meses de cárcel.
Una mujer aceptó ayer una pena de un año y medio de prisión acusada de un delito contra la salud pública por facilitar el consumo de droga. Los hechos que el fiscal atribuía a Raquel G.M. ocurrieron el 7 de julio de 2006 en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar. La acusada fue a la prisión a mantener una comunicación vis a vis con su compañero sentimental, interno en la cárcel, y durante la misma le entregó 1,3 gramos de cocaína, 9,4 gramos de resina de cannabis y un billete de 50 euros. La mujer había logrado ocultar la droga al entrar en la dependencia reservada para el encuentro, dado que antes de acceder a esa sala se registra tanto a los internos como a las personas que les visitan.
Cuando finalizó la visita, el interno fue sometido a un registro corporal. Los funcionarios vieron entonces que el recluso llevaba puesta una faja y le ordenaron que se la quitase. Fue entonces cuando encontraron los envoltorios con la droga y el billete de 50 euros. La cantidad de sustancia estupefaciente que tenía consigo el preso tendría un precio en el mercado de 188 euros, aproximadamente.
Atenuante
El Ministerio Fiscal solicitaba en sus conclusiones provisionales una pena de tres años de prisión para la acusada y una multa por valor de 260 euros. No obstante, aplicó una atenuante a la pena por parentesco, en virtud de la relación sentimental que la acusada mantenía con el recluso al que facilitó la droga, lo que redujo la pena a la aceptada finalmente por la acusada, de un año y medio de prisión.
Al tratarse de una conformidad (acuerdo entre la defensa y el fiscal), la sentencia que condena a Raquel G.M. no podrá ser recurrida ante el Tribunal Supremo y, por lo tanto, es firme. La acusada carece de antecedentes penales, por lo que no tendrá que entrar en prisión al ser la pena inferior a dos años.
Cuando finalizó la visita, el interno fue sometido a un registro corporal. Los funcionarios vieron entonces que el recluso llevaba puesta una faja y le ordenaron que se la quitase. Fue entonces cuando encontraron los envoltorios con la droga y el billete de 50 euros. La cantidad de sustancia estupefaciente que tenía consigo el preso tendría un precio en el mercado de 188 euros, aproximadamente.
Atenuante
El Ministerio Fiscal solicitaba en sus conclusiones provisionales una pena de tres años de prisión para la acusada y una multa por valor de 260 euros. No obstante, aplicó una atenuante a la pena por parentesco, en virtud de la relación sentimental que la acusada mantenía con el recluso al que facilitó la droga, lo que redujo la pena a la aceptada finalmente por la acusada, de un año y medio de prisión.
Al tratarse de una conformidad (acuerdo entre la defensa y el fiscal), la sentencia que condena a Raquel G.M. no podrá ser recurrida ante el Tribunal Supremo y, por lo tanto, es firme. La acusada carece de antecedentes penales, por lo que no tendrá que entrar en prisión al ser la pena inferior a dos años.
