La Región publica hoy una comparativa con ciudades similares a Ourense en cuanto a tamaño y población. Entre ellas, Santiago, Girona, León o Jaén. En diferentes indicadores, entre ellos la inversión productiva, Ourense sale mal parada, una vez más.
Este tipo de situaciones nos ponen ante el espejo de lo que somos, qué queremos ser y quienes nos representan. En los últimos años la capital de la provincia, como la provincia en su conjunto, viene dando síntomas de perder vitalidad, sin que por el horizonte se atisbe reacción alguna, ni siquiera interés para que todo esto cambie de rumbo.
Diputados en el Congreso, senadores, diputados en el Parlamento de Galicia, alcaldes, concejales de los 92 municipios, sindicatos, organizaciones empresariales o gremiales y colectivos profesionales parecen estar todos bajo los efectos de la somnolencia o la autojustificación.
Esto es como el diagnóstico médico: todos sabemos qué patología tenemos, pero si no tomamos el tratamiento no hay nada que hacer. Lo peor es si cuando queramos tomar las pastillas ya estemos desahuciados.
