La falta de limpieza y la basura acumulada convierten la zona en un auténtico vertedero

Jeringuillas y excrementos tras la antigua cárcel

La suciedad no abandona el entorno de la antigua cárcel de Progreso. Jeringuillas con sangre, excrementos y todo tipo de basura convierten a esta céntrica zona de la ciudad en un lugar a evitar o por el que transitar -si no queda más remedio- extremando todas las precauciones.
Hace unos dos meses que el Concello encargó a la empresa concesionaria del servicio de limpieza una mejora a fondo del estado de esta zona. Aquella actuación incluyó no sólo la retirada de la basura sino también de la maleza que se acumulaba en la parte posterior de la vieja prisión, hacia el Barbaña. Sin embargo, y a juzgar por el estado actual, es evidente que aquella intervención fue algo esporádico y que en ningún caso se ha generado un mantenimiento periódico del lugar, al que vecinos de la zona acceden para estacionar sus vehículos.

Dadas las circunstancias, al margen de la mala imagen que se ofrece de un recinto que se encuentra a escasos metros de As Burgas y que está llamado a convertirse en futuro hotel termal, la zona registra también problemas de salud pública, al encontrarse numerosas jeringuillas tiradas por el suelo, ante la desidia del Concello y de la empresa de limpieza.

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