El cineasta José Luis Cuerda (Albacete, 1947), que el pasado viernes presentó en el Auditorio de Ourense su más reciente película Los girasoles ciegos, aclara los pormenores de su nuevo filme y analiza la relación que tiene con Ourense y su pasión por la escritura.
¿Por qué decidió realizar el estreno de su última película en la ciudad?
Es la primera vez que estreno una película en el lugar que fue filmada. Pensé que si molestamos a la población con cortes de circulación, había que estrenarla aquí como agradecimiento a todos los ourensanos y a los 250 que participaron en la película.
Rafael Azcona y usted realizaron la adaptación del libro de Alberto Méndez Los girasoles ciegos, ¿qué fue lo más complicado?
Adaptar el texto no fue nada fácil, está escrito de una manera literaria, y eso siempre da miedo. Sabíamos que queríamos traer al cine los personajes y sus situaciones, pero no la carga poética ni la expresividad que tiene el texto.
¿Cuál es el perfil psicológico de los personajes de la película?
No es que sean buenos o malos, cada personaje tiene su propia parte de bondad y maldad. Es como si yo un día hiciese una película sobre don Francisco Franco Bahamonde, lo pondría en muchas secuencias besando a sus nietos, sería cariñosísimo con ellos, aunque a los pocos minutos firmase 50 sentencias de muerte. Creo que la película habla sobre una serie de normas y hábitos todos ellos impuestos, que hacen que el ejercicio del mal quede impune amparado por la ley y por las costumbres.
La represión social y amorosa se refleja constantemente en la película ¿Qué importancia tiene?
No creo que sea más importante para mí que lo que lo es para otras personas, aunque es verdad que de niño viví en un contexto religioso represivo. La represión ha estado presente en mi vida, pero de una forma muy normal.
¿Por qué decidió rodar la película en Ourense?
Esta provincia tiene lugares muy interesantes. Las tomas fotográficas y los planos del casco histórico de la ciudad tienen un alto contenido de expresividad. Las fachadas de la ciudad tienen una fisionomía dura, literalmente petrea que parece dar una tremenda solidez al exterior, y una gran debilidad al interior, por que a fin de cuentas esto es lo que reflejan los personajes, una tremenda fuerza exterior pero un interior con muchas flaquezas. Ourense me ha dado la oportunidad de estar junto a la gente que quiero.
En octubre se realizará una nueva edición del Festival de Cine de Ourense, ¿lo han invitado a participar?
He hablado en varias ocasiones con el director Enrique Nicanor, y me ha pedido que le preste cierto material de mis películas, creo que realizando la presentación de Los girasoles ciegos aquí es suficiente para que los ourensanos conozcan la película.
¿Si no fuera cineasta qué profesión habría elegido?
Creo que sería exactamente lo mismo. Estudié derecho y lo dejé en el tercer año, comencé a desarrollar mi pasión por la escritura, soy una persona que escribe mucho, a veces creo que soy un poco compulsivo a la hora de sentarme a escribir, puedo quedarme 10 ó 12 horas, corrijo, escribo y vuelvo a corregir.
¿Qué tipo de literatura es la que más le gusta escribir?
Escribo de muchas cosas, gran parte del tiempo lo utilizo para las colaboraciones que hago en los distintos medios de comunicación y revistas, aunque lo que escribo sólo para mí son pequeñas frases y aforismos cortos muy simples, como el que dice: La luz no cura la ceguera.
Usted tiene un vínculo especial con Ourense, de hecho es residente en O Ribeiro, ¿cómo define esta tierra?
Es una tierra compleja en sí misma, tiene una historia antigua y con muchos cambios sociales, no me atrevería a decir que tiene un pasado tormentoso. Esta tierra es dependiente de sí misma y de su propio entorno, creo que es por eso por lo que la población no está concentrada en una sola ciudad y se dispersa por todo el territorio.
Es la primera vez que estreno una película en el lugar que fue filmada. Pensé que si molestamos a la población con cortes de circulación, había que estrenarla aquí como agradecimiento a todos los ourensanos y a los 250 que participaron en la película.
Rafael Azcona y usted realizaron la adaptación del libro de Alberto Méndez Los girasoles ciegos, ¿qué fue lo más complicado?
Adaptar el texto no fue nada fácil, está escrito de una manera literaria, y eso siempre da miedo. Sabíamos que queríamos traer al cine los personajes y sus situaciones, pero no la carga poética ni la expresividad que tiene el texto.
¿Cuál es el perfil psicológico de los personajes de la película?
No es que sean buenos o malos, cada personaje tiene su propia parte de bondad y maldad. Es como si yo un día hiciese una película sobre don Francisco Franco Bahamonde, lo pondría en muchas secuencias besando a sus nietos, sería cariñosísimo con ellos, aunque a los pocos minutos firmase 50 sentencias de muerte. Creo que la película habla sobre una serie de normas y hábitos todos ellos impuestos, que hacen que el ejercicio del mal quede impune amparado por la ley y por las costumbres.
La represión social y amorosa se refleja constantemente en la película ¿Qué importancia tiene?
No creo que sea más importante para mí que lo que lo es para otras personas, aunque es verdad que de niño viví en un contexto religioso represivo. La represión ha estado presente en mi vida, pero de una forma muy normal.
¿Por qué decidió rodar la película en Ourense?
Esta provincia tiene lugares muy interesantes. Las tomas fotográficas y los planos del casco histórico de la ciudad tienen un alto contenido de expresividad. Las fachadas de la ciudad tienen una fisionomía dura, literalmente petrea que parece dar una tremenda solidez al exterior, y una gran debilidad al interior, por que a fin de cuentas esto es lo que reflejan los personajes, una tremenda fuerza exterior pero un interior con muchas flaquezas. Ourense me ha dado la oportunidad de estar junto a la gente que quiero.
En octubre se realizará una nueva edición del Festival de Cine de Ourense, ¿lo han invitado a participar?
He hablado en varias ocasiones con el director Enrique Nicanor, y me ha pedido que le preste cierto material de mis películas, creo que realizando la presentación de Los girasoles ciegos aquí es suficiente para que los ourensanos conozcan la película.
¿Si no fuera cineasta qué profesión habría elegido?
Creo que sería exactamente lo mismo. Estudié derecho y lo dejé en el tercer año, comencé a desarrollar mi pasión por la escritura, soy una persona que escribe mucho, a veces creo que soy un poco compulsivo a la hora de sentarme a escribir, puedo quedarme 10 ó 12 horas, corrijo, escribo y vuelvo a corregir.
¿Qué tipo de literatura es la que más le gusta escribir?
Escribo de muchas cosas, gran parte del tiempo lo utilizo para las colaboraciones que hago en los distintos medios de comunicación y revistas, aunque lo que escribo sólo para mí son pequeñas frases y aforismos cortos muy simples, como el que dice: La luz no cura la ceguera.
Usted tiene un vínculo especial con Ourense, de hecho es residente en O Ribeiro, ¿cómo define esta tierra?
Es una tierra compleja en sí misma, tiene una historia antigua y con muchos cambios sociales, no me atrevería a decir que tiene un pasado tormentoso. Esta tierra es dependiente de sí misma y de su propio entorno, creo que es por eso por lo que la población no está concentrada en una sola ciudad y se dispersa por todo el territorio.
