José Luis López: “Estar aquí me ha aportado satisfacciones"

José Luis López, de 47 años, es voluntario desde 1986, justo el año que comenzó la transformación de la entidad

Una entidad como Cruz Roja sería impensable sin la colaboración y el apoyo de sus voluntarios y socios. Trabajo y aportación económica son los pilares fundamentales para poder crecer y desarrollar programas y proyectos de apoyo a los colectivos más vulnerables de la sociedad ourensana que, con la crisis, se han visto aún más afectados.

José Luis López, de 47 años, es voluntario desde 1986, justo el año que comenzó la transformación de la entidad. "Comencé como voluntario del servicio militar, que se llamaba de prestación social y lo hice porque me atrajo la labor de una institución neutral, que no hacía ningún tipo de distinciones", asegura.

Afirma sentirse "muy orgulloso de todo el trabajo que he hecho en los distintos programas en los que he participado", y es que José Luis López ha pasado por muchos proyectos de la entidad, "socorro y emergencias, juventud, cooperación internacional", y con este progama viajó hasta Honduras. A lo largo de estos 30 años como voluntario, afirma que no pensó nunca en abandonar, aunque sí reconoce que "hubo algunos momentos de flaqueza, sobre todo con el cambio de algunos directores y presidentes, pero después pensé que eso era algo temporal, y decidí continuar". Tres décadas dan para formar parte de la historia de la institución. "Ví como pasaba de ser una unidad de socorros y emergencias militar a una entidad social, con un amplio abanico de actuaciones importantes y programas sociales muy buenos", señala.

A él, ser voluntario, afirma, le ha aportado "desde mi actual profesión, vinculada al mundo sanitario, hasta la satisfacción personal de la formación de otras personas, que aún son voluntarias". La parte, tal vez, más triste es comprobar cómo "por ejemplo, durante estos años, las condiciones de las personas que viven solas y son mayores son mucho más precarias".

Lo que tiene claro José Luis López es la importancia de la labor voluntaria, aunque mantiene que "sin nosotros, la labor de Cruz Roja sería más difícil, pero no creo que imposible". El gen solidario está inoculado en toda su familia y espera que prenda en sus hijos.

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