El Vivero de Empresas de Ribadavia está ocupado en la actualidad por un total de seis iniciativas empresariales que generan 16 puestos de trabajo, 15 de los cuales los desempeñan mujeres. El concejal de Promoción Económica, Emilio Cuíñas, valoró positivamente esta circunstancia, teniendo en cuenta, además, que la media de edad ronda los 30 años y que se trata de jóvenes emprendedoras, la mayoría procedentes de otros concellos y ciudades de la provincia.
Estas instalaciones, que están a disposición de nuevos empresarios por una renta mensual de 62 euros, nunca tuvieron tanta demanda como en estos momentos, según constatan los responsables municipales, dado que la ocupación habitual oscilaba entre las tres o cuatro empresas durante un periodo de uno a dos años.
La falta de empleo por causa de la crisis es uno de los factores que motiva a los profesionales a convertirse en empresarios o a formar cooperativas, al mismo tiempo que aprovechan este servicio coincidiendo con el inicio de la actividad, que es cuando las dificultades son mayores.
Las beneficiarias del Vivero son dos cooperativas, una forestal y otra de servicios sociales; una oficina de ingeniería agrícola; una empresa dedicada al ocio y tiempo libre; otra de diseño gráfico, y la última incorporación, una técnica agrícola. Algunas de las estas iniciativas utilizan el local disponible en el vivero como sede, ya que su trabajo es fundamentalmente de campo. Para otras, sin embargo, la estancia es diaria porque necesitan de forma permanente las oficinas.
Aunque la demanda de locales ha crecido, Emilio Cuíñas apunta que todavía queda espacio disponible para una última empresa.
Por otra parte, el Viveiro de Empresas acaba de incorporar en estos días un nuevo servicio. Se trata de ofrecer asesoramiento y el trabajo de tramitación para la formación de cooperativas y también para introducir mejoras en las ya existentes. Acogiéndose a un programa de la Xunta, se ha puesto en marcha una línea específica de promoción de este tipo de iniciativas.
Esta función, aunque ya se ejercía, ahora es más especializada, lo que ha permitido incrementar el personal del vivero, que ha pasado de dos a tres técnicos.
La falta de empleo por causa de la crisis es uno de los factores que motiva a los profesionales a convertirse en empresarios o a formar cooperativas, al mismo tiempo que aprovechan este servicio coincidiendo con el inicio de la actividad, que es cuando las dificultades son mayores.
Las beneficiarias del Vivero son dos cooperativas, una forestal y otra de servicios sociales; una oficina de ingeniería agrícola; una empresa dedicada al ocio y tiempo libre; otra de diseño gráfico, y la última incorporación, una técnica agrícola. Algunas de las estas iniciativas utilizan el local disponible en el vivero como sede, ya que su trabajo es fundamentalmente de campo. Para otras, sin embargo, la estancia es diaria porque necesitan de forma permanente las oficinas.
Aunque la demanda de locales ha crecido, Emilio Cuíñas apunta que todavía queda espacio disponible para una última empresa.
Por otra parte, el Viveiro de Empresas acaba de incorporar en estos días un nuevo servicio. Se trata de ofrecer asesoramiento y el trabajo de tramitación para la formación de cooperativas y también para introducir mejoras en las ya existentes. Acogiéndose a un programa de la Xunta, se ha puesto en marcha una línea específica de promoción de este tipo de iniciativas.
Esta función, aunque ya se ejercía, ahora es más especializada, lo que ha permitido incrementar el personal del vivero, que ha pasado de dos a tres técnicos.
