El rural ourensano contiene la sangría demográfica que viene arrastrando a lo largo de las últimas décadas. El nomenclátor publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, elaborado con datos del padrón, muestra que el listado de pueblos fantasma de la provincia se redujo en ocho entidades singulares (ciudades, villas, aldeas…) respecto al año anterior, por lo que ahora se queda en 157 localidades que carecen de vecinos.
De hecho, a 1 de enero de 2023 constaba que se habían repoblado 17 aldeas. Castro Caldelas encabeza el reasentamiento de habitantes en sus pueblos fantasma, ya que, según el INE, vuelven a contar con vecinos Alende, As Barreiras, Castomás y Os Pelosos. Otros concellos que vieron repoblarse algunas de sus localidades son Cartelle, A Peroxa, San Xoan de Río y San Amaro (2 cada uno) y Baños de Molgas, Os Blancos, Cortegada, Pontedeva y Rairiz de Veiga.
Por el contrario, otras 9 aldeas se quedaron desiertas en los concellos de Xunqueira de Espadañedo, A Peroxa y San Xoán de Río (2 cada uno), así como en Allariz, Leiro y Porqueira.
Los datos son ligeramente positivos en este sentido, aunque otras variables invitan a ser prudentes. Los pueblos “resistencia”, aquellos que aguantan con menos de cinco vecinos, ascienden a 495, por encima de los 492 de 2022.
Mientras tanto, los que tienen entre uno y diez empadronados también suben, hasta un total de 1.213, 12 más. De hecho, representan un tercio de las 3.706 entidades singulares ourensanas.
La mitad de los concellos
Prácticamente la mitad de los 92 concellos ourensanos cuenta con alguna aldea vacía en su territorio. Según el nomenclátor, son 45. De ellos destacan Castro Caldelas (16), Gomesende y O Irixo (11 cada uno), Montederramo (10) y Ramirás, San Xoán de Río y A Peroxa (7 cada uno).
Incluso los concellos de mayor población tienen pueblos desiertos. Es el caso de O Carballiño (5), O Barco (2), Barbadás (1) o la propia ciudad, Ourense, en cuyo término municipal existen dos localidades deshabitadas: A Garduñeira y Barxelas, de acuerdo con la información que sacó a la luz el instituto estadístico.
Solos en la aldea
Muchos ourensanos residen solos en su localidad. Tienen la aldea enteramente para ellos, a la luz de los datos del INE, que patentan el aislamiento -en muchas ocasiones no deseado- de hasta 108 personas que viven sin vecinos a lo largo de la geografía provincial.
Más allá de estos datos, la nueva estadística demográfica muestra cierta contención en la sangría poblacional del entorno rural ourensano. Hace un mes, el censo oficial de 2022 mostraba cómo la provincia recuperaba habitantes y subía hasta los 304.563 pobladores. Según las cifras del nomenclátor, Ourense perdió ocho vecinos, lo que deja entrever una posible estabilización de la caída en el número de residentes.
