Dos penas suspendidas en 2017 por 16 fuegos le llevan a prisión

Santiago B.L., en el juzgado.
photo_camera Santiago B.L., en el juzgado.
El falso enfermero ingresó en Ocaña I: no podía volver a delinquir tras su periplo como pirómano

El ourensano Santiago B.L. (35 años)  ha ingresado en la prisión de Ocaña I (Toledo) por delitos del pasado como pirómano.  Condenado en 2017 a un total de cuatro años de prisión en dos procesos distintos por 16 incendios forestales, entonces solo pisó la cárcel como preso preventivo.  El día en que sumó su segunda condena en la Audiencia ourensana como incendiario, la sala lo dejó en libertad gracias a un ventajoso acuerdo con la acusación pública. Eso sí, no podía delinquir de nuevo en el plazo que estuviera vigente la pena. 

Pero Santiago no lo hizo y probó suerte con otros delitos:  a partir de 2018 se hizo pasar por  enfermero, sin tener titulación, en Lugo, Ourense y Madrid. Por esas infracciones penales, ya tiene una condena firme (el fallo del Penal 2 de Ourense), por lo que la justicia se ha cobrado ahora la deuda.

En las condenas por su faceta como pirómano, los procesos penales se saldaron con dos años de prisión cada uno porque la Fiscalía le apreció una eximente incompleta muy cualificada por un trastorno mixto de la personalidad que afecta al control de impulsos. 

En un caso, había provocado 12 fuegos en solo dos días en junio de 2016 en los concellos de A Merca, Cartelle, Barbadás y San Cibrao. Por esos hechos fue detenido e ingresó en prisión ya que confesó otra oleada incendiaria, la de agosto de 2015. En esa fecha, cuatro incendios pusieron en vilo la periferia de la ciudad y causaron alarma social por la proximidad a núcleos de población.

Santiago recuperó la libertad el 28 de septiembre de 2017, el mismo día del juicio que sumaba otra pena por los fuegos en Castro de Beiro (Ourense) y Sabadelle (Pereiro). Eso sí, debía pagar la multa que incluía la sentencia y someterse a tratamiento psicológico y psiquiátrico.  La suspensión también estaba condicionada a que no volviese a delinquir en el plazo de dos años.

En el momento en que pisó la calle, poco tiempo después, el ourensano decidió empezar una nueva vida en Lugo, pasó por Ourense y se fue un tiempo a la comunidad de Madrid. En esa etapa, trabajó o lo intentó, según el lugar, como enfermero sin estar titulado. Para ello, como han determinado ya dos jueces diferentes, falsificó un título de la Universidad de Vigo.

El Penal 2 de Ourense le condenó a seis meses  de cárcel y 1.080 euros de multa, pero solo por falsedad documental, ya que en este caso no estaba acusado de intrusismo al no haber llegado a ejercer. Esa sentencia ya es firme.

 Por su parte, el Juzgado Penal 3 de Móstoles, el 24 de junio de este mismo año, le impuso otros seis meses de cárcel y multa por falsedad en documento oficial en concurso medial con intrusismo (está recurrida).

Tiene pendiente otro juicio en Getafe  por intentar trabajar en una residencia de ancianos con título falsificado así como  otra causa por simulación de delito.

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