OURENSE

Cuatro “picaderos" de droga se ocultan en 
el centro de la ciudad

Las traseras de la vieja cárcel, en el corazón termal, y solares del casco histórico sirven a toxicómanos de refugio clandestino para inyectarse

Las imágenes que acompañan este texto no pertenecen a espacios ajenos a la mayoría de ourensanos. Tampoco son fotografías de la periferia de una gran metrópolis. Son del corazón de Ourense.

Los expertos consultados del Comité Anti-Sida de Ourense y la Asociación de Usuarios, Exusuarios y Técnicos de Drogas (Asut) tienen constancia de, al menos, cuatro puntos clandestinos de consumo de droga por vía intravenosa en zonas cercanas al área del centro urbano y con una afluencia superior a otros lugares donde se produce un consumo individualizado de sustancias como la heroína o cocaína.

Estos puntos, popularmente conocidos como "picaderos", son zonas frecuentemente situadas en lugares públicos o inmuebles en deterioro que se escapan a cualquier tipo de control sanitario realizado por las autoridades.

Víctor Feijóo Fernández trabaja para la Asut y, tras terminar su jornada en el Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar, nos remite a otro penal, la antigua Cárcel Provincial de la rúa do Progreso, hoy en situación de abandono, como el punto de inserción más concurrido por los consumidores. Es, sin duda, el que presenta una situación de deterioro más visible. A escasos metros del patrimonio señero de la ciudad, el manantial de As Burgas, un gran número de jeringuillas y otros utensilios empleados en el consumo de droga se encuentran a la vista de todo aquel que se sitúe por detrás de los muros de la vieja prisión. Es la zona donde más drogodependientes acuden a "pincharse" y el que presenta más riesgo contra la salud e higiene públicas al estar al lado de una calle concurrida como Progreso.

Sin embargo, no es el único. En el túnel que comunica la rúa Pena Trevinca con la rúa Serra Martiñá y que facilita el paso por debajo de las vías del ferrrocarril los técnicos del Comité y de Asut han encontrado otro "picadero". También en la rúa Pelayo, a 50 metros de un Centro Cívico-Social, del Centro de Iniciativas Empresariais y de un edificio de Recadación (todos dependientes del Concello de Ourense), hay un lugar de consumo en condiciones insalubres.

El último que ha localizado la Asut se encuentra tras un edificio demolido en la Praza de San Cosme, a escasos tres minutos caminando de la Praza Maior. Existen más, pero su disgregación por los diferentes barrios de la capital complican sobremanera su localización y posterior limpieza.

Como afirma Agustín González Serra, coordinador de Programas e Servizos do Comité Anti-Sida, "a dispersión destes pequenos puntos de consumo individual son más perigosos dende o punto de vista sanitario que as grandes zonas de consumo". La mayoría de estas zonas se concentra en el casco histórico y los alrededores más inmediatos.

Los drogodependientes informan de los "picaderos" importantes a las asociaciones. Dos veces al mes organizan una limpieza en la que "participan e toman conciencia do feito de deixar xeringas á vista". La Asut tiene el apoyo de la Diputación para las recogidas, que pueden ascender a un coste anual de hasta cinco mil euros.

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