Entre la piscina, la playa y la urna

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photo_camera Religiosas hacen cola para votar en una mesa del pabellón de Os Remedios.

Los ourensanos ejercieron su derecho al voto en una jornada sin prácticamente incidentes y en la que no fueron pocos los que hicieron  compatible  el derecho al sufragio con la piscina o incluso la playa.

Sin prácticamente incidentes se desarrolló la jornada de elecciones en la provincia de Ourense, donde la totalidad de colegios electorales -548 mesas y 430 locales- abrieron su puertas con puntualidad, aunque en alguno de ellos, como fue el caso del de Barrocás, hubo que acelerar la preparación del local porque a primera hora no había llaves para abrirlo. Además, hubo que echar mano de los suplentes para cubrir las plazas de vocales en alguna que otra mesa. Fue el caso de una en el colegio de Maristas y otra en O Couto, donde la sustitución del segundo vocal correspondió al gerente del Inorde, José Manuel Rodríguez.

En Albarellos (Boborás) no acudieron ni el presidente ni su suplente, por lo que tuvo que asumir sus funciones otro miembro de la mesa.

Aunque las incidencias a lo largo de la jornada fueron mínimas, alguna se produjo. Fue el caso de una vecina de O Couto que, cuando ya tenía todo listo para depositar su voto, se dio cuenta de que no llevaba el carné. "Me lo debí de dejar en la aldea", explicaba consternada. Otra de las anécdotas se producía en otra mesa de O Couto, donde un votante tardó en salir de la cabina y cuando le preguntaron la razón señaló que no encontraba la papeleta de Unidos Podemos.

Peor lo pasaron algunos vecinos de A Follateira que, acostumbrados a depositar su voto en la asociación de vecinos, no se enteraron de que en esta ocasión se había cambiado el lugar de votación al edificio de Empresariales. Por lo visto venía indicado en la tarjeta censal, pero está claro que no la habían consultado y recorrieron medio Campus antes de llegar al lugar donde les esperaban las urnas. Y en Santa Teresita desaparecieron buena parte de las papeletas del PP, por lo que hubo que llamar a la Subdelegación del Gobierno para reponerlas.

No fueron pocos los que acudieron a primera hora de la mañana con un completo kit de playa para cumplir con el derecho al sufragio y coger carretera a renglón seguido camino de la costa.

Pero la mesa más fiestera, sin duda, estaba en Seixalbo. Según como se mire fue incluso la más madrugadora de Ourense. El pequeño pueblo celebró ayer sus fiestas con la gran actuación de la orquesta La Fórmula; una cosa llevó a la otra y los trasnochadores decidieron celebrar el fin de fiesta votando. Luego de camino a casa pasaban por la panadería, abierta desde las seis, para comprar el desayuno.

Los que no comieron churros fueron los miembros de la mesa de la Universidad Laboral, que se quejaban de no tener una simple botella de agua o "un trozo de empanada" para pasar la larga mañana de votaciones.

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