DESPARICIóN

La policía lusa suspendió oficialmente la búsqueda de Laura dos Santos

photo_camera Amigos y familiares empapelan la ciudad con información de Laura dos Santos en búsqueda de pistas.

La familia, muy preocupada por la falta de noticias sobre la mujer de Leiro

La policía portuguesa sigue sin pistas sobre el paradero de Laura dos Santos, la mujer de 67 años y enferma de alzhéimer, que desapareció en Arco de Calheta, una localidad de la costa oeste de la isla de Madeira, el 12 de junio cuando disfrutaba de unos días de vacaciones junto a su marido.

El director de la Policía Judicial de Funchal -la capital de la isla- dijo a Diario de Noticias que la investigación "continúa", pero "por ahora no hay pistas sobre la desaparición". El periódico luso también se puso en contacto con el comandante de los bomberos de Arco de Calheta, que tampoco pudo aportar novedades.

Agentes de la Judicial estuvieron hablando con vecinos de la zona donde se denunció la desaparición. Durante los días posteriores a la denuncia, los bomberos habían estado buscando con la ayuda de perros adiestrados en este tipo de labores. Buscaron sin éxito en pozos y grutas muy abundantes en el área y donde pudo haber caído la mujer. Oficialmente, el operativo se ha suspendido, pero algunos vecinos siguen rastreando por su cuenta. Son parientes y amigos de la familia de Laura dos Santos, cuyo marido e hijos han viajado varias veces a la isla durante el último mes para iniciar averiguaciones por sus propios medios.

La familia se queja de la falta de apoyo de las autoridades españolas. Este periódico ha intentado, sin éxito, recabar información de cómo está siguiendo el caso el Ministerio de Exteriores, al que recurrió uno de los hijos tras presentar una denuncia ante la Guardia Civil en Leiro.

Laura dos Santos, natural de Madeira, se encontraba en casa de una amiga cuando su marido se ausentó para hacer unas compras. "Nunca a deixei soa, pero esa mañá quedaba coa señora, que se puxo a lavala louza e só recorda que lle escoitou dicir 'vou para a miña casiña' e non lle prestou atención", cuenta César Bendrón. Se conocieron durante la emigración, en Venezuela, a donde Laura llegó con 17 años. Ella tiene tres hijos de un matrimonio anterior, y uno con César, quien explicó que "a quixen levar a Madeira porque non deixaba de preguntar polo cemiterio onde está enterrado o avó".

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