El papa Francisco aseguró que, por medio de la cruz, Jesús se une a 'tantos' jóvenes que ya no confían en los políticos debido a la corrupción y también a aquellos que perdieron la fe por la 'incoherencia' de los cristianos y de los ministros del Evangelio. '¡Cuanto hacen sufrir a Jesús nuestras incoherencias!', improvisó. Además, el papa pidió 'rehabilitar' la política y defendió la laicidad del Estado.
'En la cruz Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio', subrayó en su discurso de este viernes en el Viacrucis que se celebró en la Playa de Copacabana.
Ante cientos de miles de jóvenes, Francisco les invitó a hacer resonar en sus corazones tres preguntas: '¿Qué han dejado ustedes en la cruz?¿Qué ha dejado la cruz en los que la han visto, en los que la han tocado? y ¿Qué deja en cada uno de nosotros?'.
Francisco afirmó que nadie puede tocar la cruz de Jesús sin dejar algo en ella y sin llevar consigo algo de la cruz a la propia vida y pidió a los jóvenes que pongan su confianza en esa cruz porque 'Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos'. 'Con la cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos', manifestó.
'REHABILITAR' LA POLÍTICA
El papa pidió a los dirigentes que sean 'responsables', que 'rehabiliten la política' y piensen las consecuencias de sus decisiones ante los 'gritos que piden justicia' y defendió la laicidad del Estado 'sin asumir como propia ninguna posición confesional, respetar y valorar la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas', durante su encuentro con la clase dirigente de Brasil en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde le ofrecieron un concierto.
En este sentido, indicó que el futuro exige 'una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza' de forma que 'a nadie le falte lo necesario y se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad'. 'Este es el camino a seguir', añadió.
Concretamente, Francisco indicó que la forma de ir 'al centro de los males de una sociedad' y de superarlos 'con la audacia de acciones valientes y libres' consiste en' elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés por el bien común'.
'La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son una utopía', aseguró el papa, quien alentó a los dirigentes 'en su compromiso por el bien común, que requiere por parte de todos sabiduría, prudencia y generosidad'. El papa también pidió que se elija la opción del 'diálogo constructivo' que siempre se puede encontrar 'entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta'.
Así, animó a un diálogo 'sin prejuicios' entre 'la cultura popular, universitaria, juvenil, artística y tecnológica, económica, de la familia y de los medios de comunicación' y apostó por una democracia 'que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos'.
Ante cientos de miles de jóvenes, Francisco les invitó a hacer resonar en sus corazones tres preguntas: '¿Qué han dejado ustedes en la cruz?¿Qué ha dejado la cruz en los que la han visto, en los que la han tocado? y ¿Qué deja en cada uno de nosotros?'.
Francisco afirmó que nadie puede tocar la cruz de Jesús sin dejar algo en ella y sin llevar consigo algo de la cruz a la propia vida y pidió a los jóvenes que pongan su confianza en esa cruz porque 'Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos'. 'Con la cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos', manifestó.
'REHABILITAR' LA POLÍTICA
El papa pidió a los dirigentes que sean 'responsables', que 'rehabiliten la política' y piensen las consecuencias de sus decisiones ante los 'gritos que piden justicia' y defendió la laicidad del Estado 'sin asumir como propia ninguna posición confesional, respetar y valorar la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas', durante su encuentro con la clase dirigente de Brasil en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde le ofrecieron un concierto.
En este sentido, indicó que el futuro exige 'una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza' de forma que 'a nadie le falte lo necesario y se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad'. 'Este es el camino a seguir', añadió.
Concretamente, Francisco indicó que la forma de ir 'al centro de los males de una sociedad' y de superarlos 'con la audacia de acciones valientes y libres' consiste en' elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés por el bien común'.
'La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son una utopía', aseguró el papa, quien alentó a los dirigentes 'en su compromiso por el bien común, que requiere por parte de todos sabiduría, prudencia y generosidad'. El papa también pidió que se elija la opción del 'diálogo constructivo' que siempre se puede encontrar 'entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta'.
Así, animó a un diálogo 'sin prejuicios' entre 'la cultura popular, universitaria, juvenil, artística y tecnológica, económica, de la familia y de los medios de comunicación' y apostó por una democracia 'que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos'.
