Las máquinas expendedoras amplían el mercado de venta

Modelo de máquina expendedora de oro instalada en el Westfield Shopping Center de Londres
photo_camera Modelo de máquina expendedora de oro instalada en el Westfield Shopping Center de Londres

Los últimos modelos ofrecen desde pescado fresco a flores, pelotas de pádel o cebos de pesca

Pescado fresco, pinchitos morunos, lingotes de oro, varios tipos de pan artesanal y leche del día han dejado de ser patrimonio exclusivo de tiendas, joyerías y supermercados y ya se dispensan las 24 horas en máquinas de venta automática, que también ofrecen pelotas de pádel, toallas en los gimnasios y hasta cebos vivos para la pesca.

Estas máquinas son viejas conocidas -hace 15 años ya había una en tres de cada cinco empresas españolas-, pero su evolución ha sido realmente sorprendente desde las tradicionales que solo ofrecían café o refrescos a cambio de unas monedas.

En total son 600.000 las máquinas de este tipo instaladas en España según los Proveedores de Vending Asociados, que cifran en más de 20 millones de personas el público que a diario hace uso de los servicios de venta automática, sector en el que bebidas calientes, agua y zumos siguen liderando las ventas. Pero hoy en día son muchos más los productos que se pueden comprar en ellas, incluso frescos, como en Mungia (Bizkaia), donde una pescadería colocó hace dos años una dispensadora que ofrece pescado en bandejas y que permite comprar sardinas, salmón, marisco y todo tipo de precocinados día y noche.

Una idea similar tuvo un joven emprendedor del barrio de La Palomera de León, donde ofrece desde el año 2012 pechugas de pollo, pinchos morunos, y todo tipo de carnes, entre ellas la especialidad de su establecimiento, las hamburguesas caseras de buey, en un aparato ubicado en el exterior de su carnicería.



Auge del pádel

También se han sumado al catálogo de artículos disponibles a cualquier hora alimentos cotidianos como el pan y la leche fresca y productos menos habituales, como los cebos para pesca, que pueden comprarse en máquinas como las instaladas muy cerca de puertos como los de Barcelona y Santander.

Las máquinas también se están convirtiendo en soportes para otro tipo de servicios e iniciativas: en noviembre de 2013, el Ayuntamiento de Alcorcón (Madrid) anunció un proyecto para instalar desfibriladores en máquinas de bebidas, café y aperitivos del municipio.

Por su parte, los deportistas aficionados al pádel disponen en una docena de instalaciones repartidas por todo el país de expendedoras de pelotas para la práctica de este deporte y recambios de cinta para los mangos de las raquetas.

"Cuando llegó la crisis económica vimos que este deporte era un sector en crecimiento y observamos que las pelotas tienen mucha rotación: se cambian, más o menos, cada tres partidos. De ahí surgió la idea, y ha funcionado bastante bien", asegura Alejandro Velasco, gerente de Servint, la empresa que ha desarrollado la expendedora.

Otros ejemplos que cada vez son más habituales en las terminales de los aeropuertos y algunas estaciones de transporte son las que permiten comprar flores frescas o aquellas que ofrecen un surtido de patatas fritas al momento en algunos centros comerciales en todo el país, y que se han converrtido en sólo unos pocos meses en todo un éxito de ventas.

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