El mentalista del siglo XXI no va de negro y no habla de muertos

Javier Luxor, ganador del premio europeo de mentalismo, utiliza el lenguaje corporal, la intuición, la sugestión y la observación para crear "una experiencia" en el espectador

Javier Luxor, el ganador del premio europeo de mentalismo, no va de negro y no habla de muertos en sus espectáculos, utiliza el lenguaje corporal, la intuición, la sugestión y la observación para crear "una experiencia" en el espectador.

"No voy a deciros que lo que vais a ver es cierto, pero lo que no puedo deciros con certeza es que no lo sea". Con esta frase inicia el madrileño un espectáculo en el que la mente es la protagonista y la mayor incógnita es el "cómo", un proceso que guarda como secreto estricto.

Es posible que Luxor sepa en qué está pensando un espectador en su butaca o que durante una hora guíe sus decisiones, iniciando así un juego mental, no por "arte de magia", sino gracias a habilidades que ha adquirido del mundo de la mercadotecnia, la publicidad subliminal o la lectura de publicaciones de otros mentalistas como Anthony Blake.

Asimismo, el lenguaje corporal puede delatar al espectador, ya que un tono de voz bajo, una frente sudorosa, o la orientación de la nariz, indicarán a modo de "polígrafo" si no "está siendo sincero", porque -afirma Luxor- "mentir es una actitud", por lo que a pesar de lo que muchos puedan creer, "no se puede hacer constantemente".

"En ocasiones podemos llegar a pensar que sabíamos que algo nos iba a ocurrir. Esto puede denominarse inteligencia intuitiva, ya que es real y se basa en el subconsciente, que hace aflorar conocimientos y recuerdos que están en nuestra mente, aunque no seamos conscientes de ello", agrega.

Luxor estudió ingeniería industrial y cursó un máster MBA en gestión de empresas, una formación que aplica para trabajar en el mundo empresarial, en el que utiliza efectos de mentalismo para trasladar mensajes sobre ventas, trabajo en equipo, liderazgo y técnicas para "saber más del otro y así obtener una ventaja competitiva".

Pasó de trabajar en una empresa y tener una hipoteca a darse cuenta de que podía vivir de su "afición" cuando minimizó su miedo "a la incertidumbre económica", aunque apunta que los comienzos "fueron duros" y que en este sector no hay lugar para "la mediocridad" y hay que "marcar la diferencia".

Quien considera que todos tenemos "un talento" descubrió el suyo a los diez años y lo compaginó con sus estudios hasta que encontró la manera de dedicarse a "su pasión", por lo que en cierto modo se siente identificado con el protagonista de "El mentalista", serie televisiva protagonizada por el actor Simon Baker.

Cree que es "fácil" asombrar al público, ya que el ser humano "está deseando ser sorprendido", aunque es algo que sólo puede conseguirse "puntualmente".

Sus herramientas de trabajo son un maletín en el que guarda un cuaderno de dibujo y un rotulador, e internet, que le permite desarrollar su actividad desde cualquier punto del mundo.

Trabaja solo y asegura que no necesita un representante, ya que sabe cómo ser su "mejor mánager", y señala que aunque es posible vivir de la magia", resulta "muy difícil" hacerlo si sólo se actúa en el teatro alternativo.

Actualmente se prepara para el campeonato del mundo, en el que para participar hay que formar parte de una "sociedad de magia" que dé su aval, cuyo tribunal valora la técnica y la presentación, y en el que es necesario alcanzar una puntuación determinada para situarse en los primeros puestos.

Además, Luxor volverá al teatro madrileño en septiembre con su nuevo espectáculo, "Imposible", con el que trasladará a sus espectadores "a otro lugar" e intentará producir en ellos un efecto que solo puede comprenderse si se experimenta en directo.

Te puede interesar