VALDEORRAS

El descenso del caudal del Sil genera protestas en O Barco

photo_camera El cauce del río Sil se redujo, en el mediodía de ayer, a un estrecho paso de apenas unos metros (J.C.)

Bañistas, pescadores y Concello muestran su preocupación por sus efectos en fauna y flora

El caudal del río Sil en O Barco descendió ayer hasta los 13,43 metros cúbicos por segundo. El agua apenas ocupó el estrecho paso acondicionado cuando se construyó la pasarela que comunica el Paseo do Malecón con el área recreativa de O Salgueiral. El registro lo anotó la Confederación Hidrográfica Miño-Sil a las 13,00 horas. Un día antes, a esa misma hora, ese dato era de 60,68 metros cúbicos por segundo, por debajo de los 92,05 contabilizados a las 9,00 horas de ese mismo 25 de julio.

Las cambios de caudal del río Sil no gustan a casi nadie en el Concello. "Lo veo demasiado bajo", comentó Antonio Rodríguez, quien se había acercado al río en la mañana del sábado. A escasos metros de él, María del Carmen Fernández, mostró su tristeza por la poca agua del Sil. "Me da pena que esté así. Me parece muy mal", comentó. Durante el mediodía, pocas personas pudieron verse en la orilla del río, a pesar de las altas temperaturas. Bañistas ni uno; apenas unos niños jugando a mojarse cerca de la orilla. Fueron de los pocos que disfrutaron con el agua, pues la escasa profundidad hizo muy difícil nadar como cualquier otro día.

El descenso del nivel del río vuelve todas las miradas hacia las empresas eléctricas que explotan los embalses construidos aguas arriba. El concejal de Medio Ambiente, Sanidade e Educación, Aurentino Alonso, recordó que hace menos de un año se dio una situación similar. "Falouse coas empresas e dixeron que teñen autorización, pero é moi pouca auga", dijo.

El diferente criterio de las empresas eléctricas

 
Los pescadores critican los cambios en el nivel del agua.  "Non favorecen nada. Pode quedar pesca metida nas charcas", comentó ayer José Manuel Pinto, presidente de la Sociedade de Pesca de Valdeorras. Las empresas eléctricas, en este caso Iberdrola y Endesa,  afirman que las variaciones entran dentro de la normalidad. Al menos, esa fue su respuesta a las registradas en septiembre de 2013, cuando aseguraron que las centrales tienen unos caudales establecidos que no exceden. La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) explicó que las subidas y bajadas alteran la temperatura del agua, afectando a la vida de los microorganismos y a la cadena alimentaria. También el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, había resaltado los daños en el ecosistema.

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