ENTROIDO EN VIANA

La gran ‘fariñada' tiznó de blanco 
las calles vianesas

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photo_camera Preparando el instrumento para el Fulión.

Las "batallas de harina" en plena calle atrajeron a numerosos jóvenes  a primera hora de la tarde para culminar la jornada con una cena de fulións

Las calles y plazas de la villa vianesa se tiñeron de blanco tras la gran "fariñada" programada para primera hora de la tarde de ayer. Grupos de jóvenes, autóctonos y visitantes, ataviados con bolsas llenas de harina, calzado deportivo y ropa muy cómoda, protagonizaron auténticas batallas campales para ver quién lucía el rostro más blanco.

La harina es el elemento clave, junto a las fulións y la androlla, con fiesta propia, del Entroido de Viana do Bolo. Durante el fin de semana, incluso los bares y pubs se empapelan de papales o plásticos para protegerse de la harina, que corre por todos los rincones.

Pero en el último día del Entroido también hubo cabida para cenas y hogueras. Los boteiros (la máscara iconográfica que viste con traje de múltiples colores) y fulións que participan en el Entroido se reunieron en torno a una gran cena de confraternización. Estos últimos son agrupaciones de 30 a 40 personas que con tambores y herramientas agrícolas ponen la nota musical por todas las aldeas del concello.

A media noche, la plaza acogió la quema de los lardeiros, el acto que pone fin a los días de harina y desenfreno carnavalero, aunque habrá cabida para el entierro de la sardina. No en vano, muchos consideran que el Entroido de Viana es el más antiguo de Galicia.

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