Al malestar vecinal se suman las protestas de los trabajadores de la cantera
El pueblo de San Vicente (Vilamartín) amaneció este martes bajo la estrecha vigilancia de la Guardia Civil. Los vecinos que lo abandonaron con las primeras luces del día, sobre las 8,00 horas, se cruzaron con media docena de vehículos de la benemérita apostados en la carretera OU-807, el principal acceso a la localidad. Los conductores pudieron ver dos coches en las inmediaciones del pueblo y al segundo grupo a escasa distancia del desvío hacia la N-120.
La conflictividad surgida enl a zona, ante la posibilidad de que la Dirección Xeral de Enerxía e Minas paralice la actividad de la cantera de pizarra de Cavima y por el hundimiento de la carretera fue el causante de esta intensificación de la vigilancia de la zona, según confirmaron fuentes de las fuerzas de seguridad.
A la campaña de movilizaciones iniciada por los trabajadores de la cantera Cavima, preocupados ante el posible cierre de la explotación, hay que añadir las protestas de los vecinos de San Vicente. Sin ir más lejos, en el pueblo se temió que ayer un grupo de trabajadores cortase el tráfico, una circunstancia que al final no se produjo.
Los agentes también investigan la retirada del quitamiedos que la Diputación Provincial colocó para cortar el tráfico, ante el peligro de hundimiento de la calzada. Ayer, contactaron con los vecinos buscando identificar a los que retiraron la valla el 11 de octubre.
