Outarelo citó a los romeros

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photo_camera La imagen y la reliquia, en la procesión de Outarelo.

Los barqueases tienen su romería en la aldea de Outarelo. Aquí, se reúnen los días 5 de febrero para festejar a San Francisco Blanco, abogado de los males de cabeza. Este año, los vecinos estrenaron centro social. 

La pequeña aldea de Outarelo, de solo 18 habitantes, fue el destino de cientos de personas, de O Barco, principalmente, pero también de otros puntos de Valdeorras. Como todos los 5 de febrero, los fieles celebraron la festividad de san Francisco Blanco, abogado de los males de cabeza. En su pequeña capilla pudieron besar la imagen del santo y la urna que contiene una reliquia suya: el cráneo. Antes de la misa mayor, fueron sacadas en procesión por las calles del pueblo.

Un año más, los agentes de la Policía Local de O Barco se vieron obligados a organizar un circuito para facilitar el paso de los vehículos, estableciendo el acceso de entrada por el pueblo de Vilanova y la salida por O Castro. Ya en Outarelo, los visitantes se encontraron con los tradicionales puestos de rosquillas y pulpo, manteniendo viva una tradición que se pierde en el tiempo.

No todo fue igual este año. Los romeros tuvieron la oportunidad de visitar el centro social, que abría sus puertas por primera vez en esta fiesta y con el cual, Outarelo dejó de ser el único núcleo del Concello de O Barco que carecía de este servicio. Inaugurado extraoficialmente la semana pasada, ayer superó su "puesta de largo".

El centro fue posible gracias a la generosidad de Antonia Franco Vázquez, que cedió el terreno y la vieja casa que restauraron los vecinos, que trabajaron los fines de semana. Necesitaron cuatro meses para rematar una obra de la que están orgullosos.

El exconcejal barquense de Medio Rural, Luis Arias, visitó el lugar acompañado por su sucesor Jesús Jares. También explicó que el Concello aportó materiales, pero no todos, pues la pizarra de la cubierta también procede de una donación, en este caso de una pizarrera, aportando las vigas un particular. "Traballou todo o pobo unido coa finalidade de ter un lugar de reunióno. Era o único pobo que carecía de centro lúdico", comentó Luis Arias.

Este fue el lugar elegido por la pulpeira para colocar el caldeiro, los bancos y las mesas paque ocuparon muchos romeros. Otros, como la peña Os Garnachos, prefirieron las bodegas.

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