Combatientes por Dios,

En su libro “El carlismo orensano 1936-1939“ (1985), Rego Nieto recoge las siguientes declaraciones del también orensano Luis Ulloa Messeguer, importante dirigente en el carlismo gallego.
En Orense el Carlismo estaba constituido desde muchísimo antes del 18 de julio de 1936, lo que se llamaba el Círculo Carlista, que tenía su sede en la Plaza del Trigo, bajo los soportales, donde hoy está el café Pomba. El Círculo Carlista subsistía abierto a expensas del virtuoso sacerdote carlista don Ramon Delage. En dicho Círculo se reunían por las tardes, a la hora del café,“los viejos o menos viejos”, pero fuera ya de edad combatiente normal, generalmente hasta las seis en verano y a las cinco y media en invierno. A partir de esa hora era de la juventud y lugar de reunion de los hijos o familiares de los anteriores o los nuevos prosélitos que se iban incorporando al local, que tenía gimnasio (muy pequeño y rudimentario) en la trasera, mesa de billar, pequeña biblioteca y centro de reclutamiento. Este comenzó a funcionar a partir del mes de agosto de 1936y allí iban incorporándose, procedentes de todas las comarcas orensanas, pero especialmente deXunqueira de Ambía, Xinzo, Viana y la Gudiña, también de Carballiño, Trasalba y Celanova. De Ribadavia y Leiro había también, pero en menos cantidad .

El horario del Círculo para los recién inscritos –futuros combatientes por Dios, la Patria y el Rey- era por la mañana, de diez menos cuarto a una, en que el conserje cerraba para ir a comer. Por la tarde, de tres y media o tres, según la estación, hasta las ocho o nueve, también según la estación. Se hacía instrucción por las mañanas y había obligación casi preceptiva y moral, al menos, de asistir al Rosario a las siete, que era llevado por las Margaritas (rama femenina del Carlismo) allí mismo en el local.

Reclutamiento e instrucción
En ese mismo lugar y de doce y media a una o de ocho menos cuarto a ocho, firmaba el Comisario de Guerra -carlista-, los nuevos carnets de los futuroa combatientes, tan pronto había un número adecuado, generalmente cada seis o siete días en un principio y dos veces por semana, mas tarde .
Como quiera que los voluntarios para salir al frente procedían de todos los estratos sociales, pero bajo el denominador comun “de no saber nada de instrucción militar”, se los tenía en dos acuartelamientos, en un periodo de instrucción intensiva, hasta lograr un mínimo de conocimientos de manejo del fusil mauser y de instrucción de orden cerrado. Y, lo mas importante, instrucción de orden abierto, despliegues, enmascaramiento, etc. La instrucción de orden cerrado y manejo de armas corria a cargo de un excombatiente de Africa, que para estos menesteres se le había hecho Cabo y enseñaba diariamente en el bajo de la calle Jose Antonio. En el local que hoy ocupa el estanco de la viuda de Morgade, a la hora señalada -doce a una- o, por las tardes en otro local. La instrucción de orden cerrado –formaciones, desfiles etc.-, asi como la de orden abierto, se hacía en el campo de los Remedios, y para la de guerrillas, enmascaramiento y avances y retiradas, se solía ir a las Caracochas, a las siete de la mañana, regresando a las nueve .

La instrucción corría a cargo del señor Morais , empleado de Banca Simeón, y del sargento Pazos, luego oficial provisional. Había -sigue diciendo Ulloa-, no sabemos si por deliberado estudio preliminar o por “extraña coincidencia”, una predisposición de enviar a los distintos frentes, según la procedencia de los grupos. Siempre -no recuerdo que fueran destinados a otra parte, al menos en los años 1936y 37-, los Requetés iban al frente de Guadarrama, donde se hallaban los gallegos y navarros de otras provincias. Así como los soldados iban al lugar que su unidad tenía destinado y según las necesidades del Alto Mando, las milicias lo hacían a los lugares que sus jefes escogían. Los Requetés carlistas, cuando estábamos lo suficiente instruidos y formábamos el número necesario mínimo para una expedición, jurábamos bandera en la Alameda del Concejo y salíamos al día siguiente en un tren correo para el frente.Mi unidad lo haría al Guadarrama donde relevaríamos a la Compañía “Apostol Santiago”. Antes de llegar el relevo, que se efectuó en la madrugada del 23 al 24 de Octubre, permanecimos en Segovia, alojados y terminando de perfeccionar nuestra instrucción de orden abierto. Fuimos - por necesidades del servicio y para la compensación de bajas - destinados a una Centuria de Falange de Valladolid, bastante incompleta. Permanecimos en lo que se llamaba “El Copo”, el punto más saliente de la llamada “Loma del Requeté”, a la salida del tunel de San Rafael hasta el día posterior al Decreto de Unificación que festejamos emborrachándonos y ostentando todavía mas si era posible, nuestros emblemas distintivos. Entre los que lo festejaban de ese modo estaba Eugenio Lorenzo Ripamondi, estudiante como yo y que como Teniente de Regulares, falleceráa ya en la paz y en Orense, a consecuencia de las heridas sufridas en el frente, mientras estaba convaleciente. Por tratarse de “frente parado”, salvo escaramuzas frecuentes y duras, no nos movimos de allí, hasta el 19 de julio de 1937, algunas veces, y duelos artilleros

Los carlistas orensanos teníamos una organización modelo de Pelayos (niños carlistas) y la mejor Banda de Cornetas y Tambores de España, salvo la de Fal Conde en Andalucía. Con la Unificación se apoderaron los Flechas y la Falange de todo. Se lo llevaron para sus locales y jamás volvió a saberse nada de ellos.Mandaban los Pelayos por turno, los Alfereces Ogando y Tabeada y la Banda,Modesto Ojea Sanz”.
Así finaliza el relato del señor Ulloa .

Te puede interesar