Autodestrucción y bochorno (59-53)

El cobista Aboubacar trata de deshacerse de la defensa de los zamoranos Round y Vázquez (ZAMORA24HORAS)
photo_camera El cobista Aboubacar trata de deshacerse de la defensa de los zamoranos Round y Vázquez (ZAMORA24HORAS)
El COB ofreció la peor imagen de la temporada para perder en Zamora tras un partido en el que evidenció sus errores y la falta de criterio técnico

El COB se rompió en mil pedazos en Zamora. Una derrota que deja heridas. Que dejará cicatrices. Incluso perder fue lo de menos, siendo grave. Lo peor fue la forma: los errores, la incompensible dirección desde el banquillo o la imagen sobre la pista. Dos veces tuvo el equipo cobista el partido controlado, una al principio y otra antes del último cuarto. Y las dos veces abrió la puerta al rival de par en par para que terminara venciendo por 59-53. El Zamora con las manos arriba celebrando, el COB con las manos en la cara por el bochorno.

Los ourensanos, en un partido de difícil digestión, comenzaron con una buena versión atrás y un ataque aseado. Un trabajo de pico y pala que le dio las primeras rentas ante un rival que no sabía cómo meter mano a la defensa cobista (2-10, m.4). Una hoja de ruta que se mantuvo hasta el final de ese primer cuarto que se cerró con un 8-19. 

CAOS TÉCNICO

Pero ya empezaron las rotaciones. No las necesarias, esas que Armando Gómez parece realizar por sistema. Porque toca. Solo en Zamora cambió a Alberto Martín cuando dirigía al equipo a ambos lados de la pista, sustituyó a Ventura tras anotar dos canastas para levantar al equipo y mantuvo a Djukanovic en pista cuando ni tenía piernas ni podía hacer nada por disimularlo. 

Un desaguisado que aprovecharon los zamoranos para agarrarse al partido, ir preparando las trincheras y acercarse en el marcador. Al descanso, triunfo por la mínima de los ourensanos, 27-28, un marcador que dejaba a las claras lo que estaba ofreciendo el equipo.

Pero todo lo que puede ir a peor, va a peor en este COB. La reanudación dejó las mismas sensaciones en un duelo que aficionados al baloncesto, precisamente, no hace. Fallo de uno, fallo de otro. Acierto de uno, acierto de otro. Y la permanente sensación de que el quinteto en pista no es el que mejor lo estaba haciendo.

La calidad individual, el buen trabajo de Carter y la chispa de Ventura volvieron a inclinar la balanza a favor del cuadro ourensano en el tramo final del tercer cuarto y a principios del último (41-51, m.32). Y ahí, cuando más sencillo parecía mantener la fórmula, el equipo implosionó. Mareados por el carrusel de cambios y por una gestión de potencial a cargo de Armando Gómez que clama al cielo (lo que le ocurre con Nogués es digno de estudio) el COB estuvo más ocho minutos sin anotar. Este COB. En esta categoría. Con esta plantilla. Clama al cielo.

El Zamora no solo se echó encima, te pasó por la derecha. Y no es la primera vez que ocurre, ni la segunda, ni la quinta. Pero como esta, ninguna. El bochorno de sábado noche se consumó ante un rival que hizo lo justo. Una canasta de Gantt en el último suspiro fue el cierre a una obra de terror que terminó 59-53. 

El COB pide a gritos que se tomen medidas. Y el miércoles, partido en el Pazo ante Tizona Burgos. Visto lo visto, peligro.

Te puede interesar
Más en Zona COB