El COB reclama la paz en la pista

Darius Carter trata de machacar el aro ante el jugador del Ponferrada Godspower.
photo_camera Darius Carter trata de machacar el aro ante el jugador del Ponferrada Godspower.
El equipo logra la decimosexta victoria tras una semana de guerra en los despachos, el cambio de entrenador y un partido muy cuesta arriba.

Tras una bochornosa semana en los despachos, el COB impuso la paz en la cancha con una importante victoria, impensable durante los primeros 36 minutos de su partido contra el Ponferrada.

El accidentado proceso de despido del entrenador Armando Gómez y su sustitución por Guillermo Arenas -en Ourense apenas un día antes del partido- convertía cualquier pronóstico en arriesgado. Más con este COB, quizá el mejor armado de toda la liga y, en muchas ocasiones, el peor organizado sobre la pista.

Durante los primeros 36 minutos de partido predominaron los peores defectos del equipo, acrecentados tras el fatídico mes de diciembre. Ya fuese con Armando Gómez o si él; con Aboubacar, Dukanovic, De Assis o Alberto Martín -los últimos en llegar- con la muy activa entrenadora ayudante Iria Romarís o con Guillermo Arenas desde el banquillo.

Los errores de siempre, por momentos crónicos: la baja intesidad, el pésimo cierre de rebote o los despistes en la transición defensiva. El aparente desorden, el ritmo irregular, la falta de fluidez y la desconfianza en el ataque, traducida en falta de precisión a la hora de lanzar a canasta. Nada nuevo en los últimos partidos.

Todo ello contra un Ponderrrada serio y sólido, más acertado que nunca en el triple -rondó el 60% por momentos- con Mulero y Fravert más dulces que un pastel.

No fue extraño que las diferencias a favor del rival rondasen los 16 puntos (54-70) en un tercer cuarto frustrante para público y equipo.

Cuando todo parecía abocado a la victoria leonesa, llegó la ¿inesperada? reacción del COB. No fue el fulgurante huracán de otros partidos que arrasaba todo lo que encontraba a su paso y sentenciaba el partido en tres minutos. En esta ocasión fue una constante rebaja de puntos, posesión a posesión, en su mayor parte forjada a base de tiros libres y con dos jugadores decisivos: Djukanovic y Martín.

El alero serbio aportó la mayor parte de los puntos de todas las formas posibles: triples, tiros libres, penetraciones y contragolpes. Aparentemente fatigado, se reoxigenó en el campo rival. Terminó con 29 puntos y las canastas más importantes, amén de otro triple clave de Nogués.

El motor y cerebro de la reacción fue, sin embargo, el base Alberto Martín. Omnipresente en ambos campos, encontró el ritmo y regaló asistencias a sus compañeros, soportando el peso del equipo durante prácticamente la segunda parte y la prórroga. Precisamente anotó el tiro libre que forzó el periodo extra (empate a 75) y marcó el triple de despegue hacia la victoria.

El COB pasó de estar mentalmente bloqueado a terminar disfrutando en la pista, ante un atónito Ponferrada y un Pazo por fin creyente en su equipo. Terminó con la sensación de que, si su nuevo entrenador consigue ajustar las piezas perdidas del engranaje, pocos rivales pueden igualarle. En todo caso, se mantiene vivo en la lucha por la primera plaza, la que permite una primera oportunidad para lograr el ascenso de categoría.

"Las guerras se las dejo a Vladimir Putin", declaró el aspirante a dueño del club durante esta agitada semana. Mejor cedérselas al COB y que sean en la pista, donde esta plantilla ha ganado y perdido de todas las formas posibles. Próxima batalla, en Marbella.

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