Opinión

EL PRÍNCIPE DESNUDO

Desde siempre los medios de comunicación hemos sido incómodos para los poderosos. Desde siempre se nos ha mirado con recelo y la afición de matar al mensajero lejos de decrecer, va en aumento. Se nos insulta a placer porque no produce ningún placer, en quienes tienen la sartén por el mango, que intentemos desarrollar libremente nuestra profesión ejerciendo el contrapoder, sea político, económico, social , cultural o religioso.


Se nos tacha de fachas recalcitrantes o peligrosos rojos de la izquierda más radical, según convenga. Se nos dice que obedecemos a espurios intereses ocultos, que somos una especie de grandes teóricos de la conspiración, que opinamos de todo sin saber de nada. ¡En fin! algo así como lo peor, el deshecho de la sociedad y el fiel reflejo de todos sus males...


Desde luego no seré yo quien intente desmontar todas estas teorías porque me llevaría años y conduciría a la melancolía, pero hoy he sentido un regusto especial al leer como, a estas alturas, todavía los periódicos , buscan las vueltas y tiran de imaginación para burlar cualquier tipo de censura. Resulta que el periódico sensacionalista 'The Sun' ha buscado la manera de saltarse la prohibición de la Casa Real Británica de que se publicaran unas fotos del príncipe Enrique desnudo durante una juerga en las Vegas.


Hasta ahora ningún medio del Reino Unido, ni de papel ni de Internet, había divulgado dos fotos publicadas por la web estadounidense TMZ tomadas en la habitación de un hotel, porque la Casa Real había avisado de que se trataba de una violación de la intimidad del hijo menor del príncipe Carlos, tercero en la línea de sucesión de la corona.


Personalmente no me gusta 'The Sun', ni ese tipo de prensa sensacionalista, pero sí me ha llamado la atención cómo han intentado evitar la censura. Lo que hicieron primero, en tono de burla, fue publicar un montaje con un reportero del periódico y una mujer desnudos imitando las fotos del príncipe, para después desafiar las advertencias de la Casa Real y publicar las originales.


El argumento es que las imágenes plantean preguntas sobre la seguridad del príncipe durante sus vacaciones, sobre si se vera afectada su posición en el Ejército y, en general, si tienen implicaciones para la imagen del joven.


¡Claro! que el debate es complejo pero, ¿sería el mismo si el joven que aparece desnudo en compañía de unas chicas, después de jugar al billar 'strip-tease' en la habitación de un lujoso hotel, no fuera quien es?


Evidentemente no, como tampoco su comportamiento, tanto público como privado, debe ser el mismo que el de otro joven cualquiera de su edad. Un portavoz del palacio de St James ya había dicho que la publicación de esas fotos violaría el código de conducta de la Comisión de Quejas de la Prensa (PCC) que califica de 'inaceptable fotografiar a individuos en lugares privados sin su consentimiento' y señalado que son los medios de comunicación quienes deben regularse a sí mismos. Es verdad que fue el mismo portavoz quien confirmó que el hombre en las fotos es el príncipe Enrique, hijo menor del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di, pero la exigencia que se les hace a los medios bien podían hacérsela al propio príncipe, cuyo modo de vida no es muy ejemplarizante que digamos. Lo dicho la afición de matar al mensajero va en aumento y censores los hay de todo tipo y condición. Es lo que tiene intentar poner a los poderosos antes sus propias contradicciones. Y si te quejas se inventan una ley mordaza en un plis plas y se acabó el invento.

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