Opinión

Una foto histórica a imitar

He visto la foto miles de veces, primero en el despacho del director de esta casa en la hoy calle que lleva su nombre, Alejandro Outeiriño, y con muy buen tino, fue traída para el Polígono, donde vuelve a presidir el despacho del director. Fotografía que habla y dice mucho de aquel gran hombre en todo que era nuestro inolvidable Don Alejandro. Su hija Maribel la adjuntaba, el pasado 5 de marzo, a su obituario sobre Amando Prada Castrillo. Buena idea la publicación y sobre todo en el día en que se conocían los resultados de los debates de investidura en el Parlamento español. Buena idea y mejor ejemplo para todos los políticos de cualquier signo en este batiburrillo en el que nos tiene inmersa la clase que pretende regir la cosa pública.

Acaso a las nuevas generaciones (¡que viejos somos ya, Maribel!) nada les diga la fotografía tirada por el genial Enrique Reza. Pero en realidad habla de la capacidad de consenso, de sumar, de unir que tenía un hombre tranquilo, calmo y conciliador como era Don Alejandro. La instantánea recoge un momento de una reunión del Consejo de Administración de esta casa. La inmensa mayoría ya fallecidos pero que representan un perfecto elenco de la sociedad ourensana de entonces, que por algo esta casa pretende serlo de todos los ourensanos.

Una foto con visión de futuro. En ella aparecen, efectivamente, ideologías distintas y personajes que supusieron mucho en la sociedad de entonces. La judicatura, la industria y la enseñanza (Franqueira fue ambas cosas), la banca, falangistas, la medicina y hasta la Iglesia estaban allí representados. Y todos sin cobrar ni un céntimo. Eso supone, en quien los reúne, una mente muy amplia y con los pies en la tierra. Y es ejemplo de como la altura de miras y el bien del pueblo debe saber aunar voluntades sin luchas partidistas ni ideológicas. Lo contrario conduce al esperpento que está ofreciendo la clase política actual que, sin caer en el engaño, todos cobran y bien. El ejemplo da categoría a quien lo ofrece comprendiendo que el servicio al pueblo está por encima de ideologías partidarias, rencillas personales y ocurrencias del momento.

Siempre que veo la célebre fotografía me pregunto, una y mil veces, por qué hoy en día sería incapaz esta sociedad de sumar y aunar voluntades tanto a nivel municipal como provincial, autonómico o nacional. Y me respondo que la razón última está en que cada uno va a lo suyo como si esto fuese su huerto. Y me sigo preguntando aún más por si la evolución de la ciudadanía y su democracia cada día es mejor o caminamos como los cangrejos. Por nada quisiera que el lector creyera que pienso en aquello de que el tiempo pasado es mejor. La libertad es un don impagable y que cada uno pueda decir lo que piensa es un gran logro. Pero lo que yo creo es que la formación actual de esos "cada uno", a veces está muy ayuna en valores, principios y en definitiva en democracia y tengo mis dudas sobre el concepto que muchos llamados demócratas tienen hoy de la libertad. Situación que crea momentos en los que da la impresión de que se mira más al protagonismo que al bien general, eso que se llamó siempre el bien común.

La foto esta tirada en tiempos de dictadura pero ello no impidió reunir a personajes con valores bien contrastados en democracia junto a otros adictos al régimen de entonces. Y todos se entendían bajo la batuta de un hombre de la talla de Don Alejandro. Este es el camino si queremos que la actual sociedad camine. Quisiera terminar, eso sí, con mis más sinceras condolencias para la familia de Amando Prada y su encantadora Esther. Me unía con ellos una buena amistad y con ella incluso una dolencia común de la que hablábamos.

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