Opinión

La mejor defensa

El presidente del Eurogrupo, un señor holandés muy sesudo y de apellido impronunciable para un cristiano viejo –se llama Jeroen Dijsselbloem el muy pérfido- ha montado un escenario en inteligencia con una periodista paisana suya y que parece de su cuerda, para contarle al continente que piensa agotar su mandato y que luego ya veremos. El cargo que ocupa es el que apetece el Gobierno español para el señor De Guindos al que se le notan las ganas de asumir esta inigualable canongía pero a juzgar por las manifestaciones de su titular, a De Guindos no le va a quedar otra que esperar hasta mediados del año que viene para sucederle si es que el holandés decide no presentarse que eso está aún por ver. La periodista que hacía la pregunta y le ponía el balón medido al segundo palo para que el ministro lo rematara cumplió con su oficio de darle al presidente el pie para que se consumara el recado con segundas al Gobierno español aderezado además con su correspondiente moraleja porque los holandeses son muy calvinistas y por tanto, muy dados a los corolarios éticos. Lo que pasa es que, orillando la carga de mala leche que lleva su mensaje, justo es reconocer que está muy puesto en razón y debería suscribirlo todos los políticos, comenzando naturalmente por él mismo que es ejemplo evidente de lo que cuesta renunciar a un puesto de semejante naturaleza. Dice este señor en franca referencia a los apetitos de De Guindos para sucederle, que más les valdría a los dirigentes comunitarios ocuparse menos de los trabajos de sus iguales y ocuparse más de los trabajos de la gente corriente proporcionándoles acceso al mercado labor con una gestión satisfactoria. Bien dicho sin duda si no fuera porque esas palabras suenan más a recriminación para el Gobierno español que a propia creencia y sustancia misma de su ideario. En todo caso, las especificaciones morales de Dijsselbloem vistas en general son muy sensatas y lo serían más si lo fueran de verdad en lugar de ser argumentos preparados para defenderse en su trono y que no se lo quite uno que viene apretando por detrás deseoso de ser califa en lugar del califa que diría el perverso Iznogud, gloria y orgullo del comic europeo.

La honestidad debería hacerse patente tanto para el que ostenta como para el que quiere ostentar.

Te puede interesar