Opinión

EL CÍRCULO VICIOSO DE LAS CAUSAS

Aestas alturas, en las que el rumor de la calle ha adquirido sonoridad de marea, en que pese a que el pueblo comienza a asumir la reducción presupuestaria sin dejar por ello de manifestarse en contra de los recortes, creo que ha llegado el momento de hacer un balance de causas y efectos para paliar en lo posible la repetición de que análogas circunstancias se repitan. Nadie duda de que no sea necesario ser economista para comprender las cifras macroeconómicas: el Estado ha ingresado menos de lo que ha gastado alegremente a lo largo de años y ahora llega el momento de cuadrar las cuentas. La historia, que tiene una peculiar forma de repetirse, ya reflejó idénticas situaciones, como la inflación y emisión de moneda por parte del tesoro imperial después de la ruptura productiva del imperio romano en el siglo III, o la crisis de los tulipanes en el siglo XVII, precursora y espejo fiel de lo que entendemos como una crisis financiera consecuencia de una burbuja económica, provocada por una conducta bursátil especulativa


Pero curiosamente, ninguno de estos acontecimientos ha evitado que la economía de libre mercado se base en la más nefasta especulación avariciosa y sin control, sin que nadie le ponga límite ni remedio, ni acote más normas que las de asegurar que si hay quien compra todas las semanas miles de millones de deuda pública española es porque la fabulosa fortuna que se ha movido esquilmando a los ciudadanos está en el bolsillo de unos pocos.


A estas alturas de la legislatura estoy esperando a que se cumplan algunas promesas electorales cuya realización nunca estuvo condicionada por los vaivenes de la prima de riesgo, pero que tuvieron mucho que ver con ella, y que provocarán nuevas debacles si no se le pone coto. A saber: para cuándo se creará la agencia de calificación de la vivienda evitando sucesivas burbujas del ladrillo; cuándo se creará una agencia de intervención crediticia que impida los manejos que los bancos han realizado con préstamos astronómicos contra garantías surrealistas, origen del desastre económico que nos toca vivir; cuándo se prohibirá la intervención de políticos en activo dentro de las entidades financieras, esquivando el desvío de dinero ya sea público o privado a chanchullos marrulleros del político de turno, así como a la financiación de actividades políticas y partidistas poco claras, cuya mala gestión recae finalmente en el ciudadano; cuándo se promocionará la agricultura en España impidiendo la competencia incoherente de Marruecos en la Unión Europea frente a un estado miembro de pleno derecho como somos nosotros; cuándo se impulsarán los grandes pilares en los que se asienta un estado de derecho y justicia social como son la educación, la sanidad y la justicia, y, sobre todo, ¿se ha previsto reintegrar a los ciudadanos de todos los derechos que se les han mutilado con la excusa de la crisis, contemplando devolver a los trabajadores privados y públicos los derechos adquiridos y ahora arrebatados? ¡Pues nada, a dejarse de mondongas y a ver si nos ponemos a ello!

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