Opinión

EL 28 D

Hoy cogí los periódicos del día a primera hora y leí las distintas informaciones con los ojos bien abiertos, como casi siempre por otra parte, al objeto de creer todo lo que cuentan, lo que dicen o susurran sus opiniones, a fin de saber lo que acontece por el mundo y por donde éste deriva. Me gusta meter el dedo en la línea del periódico cual si fuera agujero de Jesús para creer en algo, algo que pueda responder a mi escepticismo vital e ignorancia supina, algo así como si las noticias fueran señales informativas o migas del camino de vuelta a casa de donde salimos cada día al encuentro de alguna verdad que necesitamos buscar, aún a sabiendas que no la encontraremos nunca, para continuar avanzando en la vida, o seguir sintiéndonos vivos.


Sí, leer para creer, o con esta predisposición lógica de creer las noticias que nos cuentan los medios de comunicación, pues de lo contrario el absurdo sería absoluto y leeríamos por matar el tiempo, sin más y nada menos. Si bien es verdad que en muchas ocasiones la realidad supera cualquier ficción, la verdad que yo preferiría para la simple evasión sería una buena novela o película más que los hechos reales, porque éstos mayormente son crudos que no de coña o risa alguna.


Sigo. Estoy en el día 28 por la mañana, leyendo algunos periódicos del día y creyéndome, por tanto, todo lo que dicen. Creyendo todo lo que dicen al menos cuando transcriben literalmente opiniones de otros, o informan gráficamente, porque también es verdad que en el desarrollo de la noticia el periodismo muchas veces resulta algo esquizofrénico de acuerdo a diferentes mentalidades editorialistas. Y me creo lo que leí hoy. Por ejemplo: que el Concello de Ourense busca promoción en la red 'Saborea España' adhiriéndose a una tal Asociación de promoción de turismo gastronómico que conlleva para empezar a saber de la tal Asociación un pago de 11.000 euros del ala (o ¡hala!, de palmas otra vez con nuestro peculio público); que el 'Outono fotográfico' teme por su futuro si no hay más pasta (futuro es igual a tamaño, ínfulas a grandeza); que la Xunta agiliza los trámites para la reconstrucción inmediata del santuario coruñés de Muxía (igualito que con la capillita ourensana de Los Remedios); o que Rajoy augura que el año 2014 será el del adiós a los miedos económicos (será porque el científico atisba el fondo a tocar de muchos que tendrán tan poco? que ni miedo les quedará); y que el Club Deportivo Ourense y el COB orquestan su fusión (desde luego, con esta medida sería más fácil concretar la cifra final resultante que palma la ciudad con ellos).


Pero, hete ahí que con esta última noticia caí, caí de la burra de creerme todo lo que cuentan y nos dicen los periódicos cada día hasta el punto de no creerme ni a mí mismo que aparezco en éste cada domingo, pero es que caí en que hoy es día 28 de diciembre y los santos inocentes pura tradición en los medios. En consecuencia, ¡a mí con estas bolas!, ya no me creo ni lo del COB y CDO, ni que Rajoy se crea que no vamos a seguir pasando miedo con sus políticas de impuesto y tentetieso, ni que Muxía se reconstruya sin antes poner los Remedios como dice Núñez Feijóo, ni que el Outono necesite tanto parné para seguir siendo importante, ni que el Concello siga tirando el dinero jugando a la promoción harto suficiente lo palmado. En fin, ¡inocentes, que somos unos santos inocentes! Creer o no creer, esa es la cuestión; y vaya cuestión, pues ¿y si alguna fuera cierta?

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