Opinión

PARTIDOS S.A.

Se les identifica en nuestro país como segundo problema nacional. Y ¿por qué?, si los votamos, que no 'botamos', en cada elección. Seguro que por placer no, más bien porque no queda más remedio que elegir lo menos malo que lo peor. Todos muy parecidos cuando vendimian el fruto de la viña política, por muy diferente que nos persuadan a la hora de arrimar el voto a su hombro para que no gane el otro. Pero cada día que pasa hay menos convicción en el votante si nos atenemos a la posición del problema que han pasado a ser los partidos políticos para los españoles a tenor de las encuestas.


Sostenidos desde unas leyes hechas por la militancia, pues prácticamente solo desde la milicia política salen los gobernantes y legisladores, no les basta con cobrar 'asignaciones' derivadas del resultado en la contienda electoral sino que además no hay Institución pública que no aplique su partida propia al engorde de la vaca partitocracia. El caso es dar que chupar a la teta del mamífero político y no dejar leche para ninguna otra posible competencia; así se va fortaleciendo su propia infraestructura y continuidad, incluso con más que discutibles asignaciones para sostenimiento de sedes y personal al servicio del Partido S.A., tal como hace unos días señaló un presidente de diputación que las concede.


Pero nada en la política es suficiente. Consecuentemente ahí viene otro tipo de financiación, dudosa, irregular e ilegal en tantos casos, que resulta hecatombe de impopularidad. Miras para abajo, hacia Andalucía, y la corrupción en torno al partido gobernante es de muy ERE y señor mío, con directores generales entrando ahora en la trena en lugar de mercasevilla. Hacia el centro coges la libreta de Bárcenas y tiembla el apuntado en ella hasta el silencio mortífero políticamente, porque la verdad última no se sabe si saldrá pero es obvio que el trincón multimillonario se hizo tal desde el despacho genovés, y negar la mayor en estos tiempos en que un cacho de diente puede situar a su infantil dueño a diecisiete mil años de distancia es demasiado esperar a que ningún científico date la tinta del original que ha manchado de sospecha al partido popular, y pecar de exceso de ingenuidad. Si tiras hacia arriba, a la tierra de los Pujol y su forma de entender el independentismo, ad hoc según la pasta, con la casta convergente y unida por el pillaje la cosa no va mejor. Tres simples ejemplos de la misma madre del cordero que es la falta de ética, pero un solo proceder, muy significativo de lo mucho que hay oscuro y oculto, que resulta de negarse a comparecer los responsables máximos ante sus parlamentos respectivos, donde ostentan curiosamente cada uno la mayoría; muy ilustrativo que quieran matar el problema con vulgar silenciador como si la única prueba sea el ruido de detonación.


La verdad es que el ochenta por ciento de los españoles que situamos a los partidos en la plata del pódium problemático del país lo hacemos porque creemos, entre otras cosas, que hay mordidas de empresas a los partidos de las que también muerden particulares como Bárcenas, y que son tan habituales como apuntaba al juez el empresario imputado en la Pokemon, paradigma de empresario cómplice que a veces no solo unta al partido gobernante sino cubre todo el riesgo y lo hace también con el que pudo ser. Es juego ya conocido, de repetido y por mucho que se enroquen en la negativa, donde seguirán con blancas y negras jugando a la financiación de sus objetivos, Partidos S.A., que dejan mucho que desear y poco por pillar, lamentablemente.

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