Opinión

Un día determinado

Son habas contadas, salvo para los creyentes de alguna religión, de las muchas que existen en este planeta tierra, que tienen otras perspectivas de futuro, incluso de vida eterna prolongada en paraísos más o menos perdidos, los humanos tenemos una media de 28.000 días de permanencia en este mundo, estadísticamente hablando, para tratar de hacer cosas, gatear, andar, correr, estudiar, trabajar, jugar, amar, viajar, odiar, dormir, etc. Ya sabemos que esto de la media tiene su cosa, es como lo de los pollos, si una persona se come dos, y otra ninguno, la estadística nos dirá que la media es de un pollo beneficiado por persona, esto es así, no hay más alternativas, vale para la comida y para la vida. Yo no sé si son muchos o pocos los días que nos adjudican por cabeza, pero para darnos una idea, aún en el extraño caso de los pocos que puedan llegar a centenarios, estaríamos hablando de 36.500 días, parece una cantidad asequible, incluso poniéndolo en horas, los cien años, serían 876.000 horas. ¿A cómo podría estar la hora de vida? Cuando vemos que todo se cuantifica, incluso lo que cuesta cada refugiado, no parece que estuviéramos ante una cantidad exagerada, de todas formas, dure lo que dure, lo importante son los acontecimientos que se van produciendo en el transcurso de nuestra vida desde el día en que nacemos sin que nadie nos consulte, sin derecho a decidir y sin darnos explicaciones, nos ponen en marcha y a correr. Cómo se nota que no había democracia cuando se inició el sistema, ahora volveríamos a reabrir el caso y se nos consultaría, digo yo, es lo menos.

Un día determinado, empiezas a descubrir el mundo en el que te han plantado, empiezas a conocerte, a saber de tus gustos, de tus aficiones e inquietudes, será siempre un misterio el saber por qué te vas a considerar de izquierdas o de derechas, nacionalista o apátrida, conservador o revolucionario, sargento o coronel, obediente o rebelde, de ciencias o de letras, defensa o delantero, pero de una forma o de otra, elegirás a tus amigos o compañeros/as y comenzarás a tomar decisiones, algunas las podrás hacer libremente, otras te verás obligado a tomarlas por las circunstancias en las que te encuentres, las condiciones y las aptitudes que tengas, y la fuerza de voluntad y el espíritu de sacrificio que venga marcado en tu ADN.

Un día determinado, elegirás un camino, te quedarás donde has nacido o buscarás otros horizontes, nunca sabrás como habría sido tu vida con otras decisiones, otras circunstancias, otras compañías, o con otras aficiones, pero tendrás que pensar que lo que hayas elegido ha sido lo mejor, aunque solo sea para no cabrearte.

Un día determinado, tendrás una idea, se te ocurrirá un proyecto; tal vez adquieras una casa, tal vez pongas una fábrica, tal vez compres una finca y también aquí habrá grandes diferencias, porque la diversidad de la mente humana no tiene límites, y de esta forma, uno estará pensando en comprarla, y otro en ocuparla, uno estará pensando en construir, y otro en destruir, uno estará pensando en fabricar batas, y otro en fabricar bicicletas, uno pensará en plantar castaños en su finca, y otro estará pensando en plantar neumáticos viejos en la suya, y claro está, no es lo mismo, no es lo mismo.

Un día determinado, emprenderás tu último viaje sin billete de vuelta, se apagarán todas las luces, vendrán todos los silencios, cancelarás todas las cuentas, no necesitarás firmas, controles ni contraseñas, no tendrás que contestar a correos, mensajes ni whatsaps porque, a pesar del avance de las nuevas tecnologías, sigue sin haber comunicación con quien ya no existe.

Un día determinado, tal vez tus amigos y compañeros de vivencias que todavía sigan en la carrera de la vida, quieran recordarte haciendo un brindis con vino viejo del país, recordando viejos tiempos, viejos sueños, viejas ilusiones y viejas canciones. Todo es viejo por aquí, pero sin acritud, tío/tía.

Te puede interesar